Tribulaciones en la ruta Habana-Ciego de Ávila
Con el frenazo, y tratando de mantener el equilibrio, me tumbó el móvil de las manos. Siguió de largo. Jamás me ofreció una disculpa.
Con el frenazo, y tratando de mantener el equilibrio, me tumbó el móvil de las manos. Siguió de largo. Jamás me ofreció una disculpa.
Lo que hemos visto, a casi dos meses de la entrada en vigor de la Resolución 111, y a pesar del crecimiento en algunos indicadores, es que se mantiene la tibieza en ambos sectores, estatal y privado.
Nuestra cultura piensa que estar sano es estar flaco, y que comer bien es hacer dieta, y así nos va. Gordos y flacos engrosando estadísticas de enfermedades crónicas.
Decía Mario Benedetti en su novela La Tregua: “Después de tanta espera, esto es el ocio. ¿Qué haré con él?”.
Es preciso transformar la manera en que hoy se convoca a donar sangre.
Hay quienes para cada solución tienen un problema.
Las vacaciones escolares y su relación idílica con el subidón de las temperaturas indican que empieza el verano, aunque, como estación, el solsticio de mediados de junio es quien dicta el tiempo.
Se supone que, a la larga, logremos dinamizar las finanzas y disminuir el uso del efectivo, aunque la duda razonable, también, está en línea.
El regreso a la escuela no debería ser para niños y familias un desfile de “Magdalenas” y padres “Pomposos”. La situación económica ya es, para muchísimos, preocupación suficiente. Que nos acompañen los cuentos de La Edad de Oro, porque los necesitamos.
Transformar nuestra comunidad, el municipio, la provincia y el país, es tarea colectiva. La participación del pueblo es fundamental.
Tal vez la culpa sea de nuestros antepasados, o del patriarcado, o de la idiosincrasia de los cubanos, quién sabe.
Es uno de los tantos casos que podrían contar anécdotas similares por caer en las trampas de la indolencia o las indisciplinas urbanísticas que pululan en la ciudad de Ciego de Ávila.