Marcas de la bondad
La generosidad deja huellas, de las indelebles, de esas que nadie osaría borrar. La bondad más fina nos deja marcado el corazón. Cuando la recibimos de los otros nos inunda un bienestar inefable, que para explicarlo entonces basta con poner las manos en el pecho y expresarnos con esa mezcla rara donde se unen sonrisa y lágrimas.
