Lista de Espera
No estaban ajenas a los niveles de los precios, sin embargo, repito, vivía en ellas la esperanza, aunque, haciendo honores al viejo refrán, esta fuera lo último que se hubiera perdido.
No estaban ajenas a los niveles de los precios, sin embargo, repito, vivía en ellas la esperanza, aunque, haciendo honores al viejo refrán, esta fuera lo último que se hubiera perdido.
En septiembre se abren las puertas de nuestras escuelas, se abren los brazos de todos los maestros, y comienza un viaje del que muchos no quieren bajarse jamás.
La telenovela cubana Renacer, desde su nombre nos anuncia que la redención humana es posible, que desde las más crudas realidades se puede seguir conquistando el bien.
Las cosas menos esperadas todavía pueden acontecer, y que eso de creer en milagros no es solo capricho de muchos.
La anciana estaba limpia, bien ataviada, no se podía imaginar que estuviera deambulante; presumí que había salido de casa y tenido algún tipo de confusión y se extravió.
Mi primer sobrino, Henry, pudo haber escuchado todos los sonidos del mundo. Pero una enfermedad, en sus primeros meses, lo dejó con una audición casi imperceptible. El dolor se apoderó de todos, menos de él, quien, desde que comenzó a crecer, nada le era imposible.
En tiempos de bonanza se habla de consumir lo que en realidad necesitamos, de no desperdiciar energía en el hogar y el trabajo
Las noticias son algo de lo que no podemos escapar. Incluso aunque sean rumores, o “dimes y diretes” de esos en los que no creemos porque lo dijo este o aquel, que siempre están en lo mismo; y generalmente corremos a verificar si lo que dicen es verdad.
Cuentan que un antropólogo europeo intentó probar un juego con unos niños de una tribu africana. Para ello colocó una canasta llena de frutas deliciosas junto al tronco de un árbol, y les dijo: “El primer niño que llegue al árbol y toque la canasta, se ganará todas las frutas”.
Este cuento lo he leído en más de una adaptación; existe uno de Jorge Bucay en su libro Cuentos para pensar, pero este es de Jorge Moreno, escritor español.
Aquella mujer dejó que la muchacha comprara delante de ella e insistió en acompañarla hasta su casa porque “los niños no dan tregua, imagino lo agotada y apurada que estás”.
El ánimo que alguien nos transmite raras veces lo dejamos escapar.