Botella al mar

Yo siempre he creído (o me ha convenido creer, para consolarme) que todos, en el fondo, somos buenos, que lo que pasa es que… nos distraemos. Entonces un día descubrí, en un fragmento de Amistad funesta, la única novela escrita por Martí, mi teoría brillantemente explicada. Se las regalo para que nunca dejen de espantarse a esos malos duendes que nos quieren adormecer la grandeza.

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