Cuba sigue ganando
No solo por nuestra resistencia numancina, sino la construcción de un modelo alternativo al canon hegemónico de democracia.
No solo por nuestra resistencia numancina, sino la construcción de un modelo alternativo al canon hegemónico de democracia.
En casi todos los anuncios de fiestas y promociones de los bares de moda hay una foto de una muchacha, con más o menos ropa, con varias implicaciones. Hablemos en lenguaje publicitario, que es más “noble”.
Haciendo balance de este tiempo raro deberíamos preguntarnos si aprendimos las lecciones.
Desde hace bastante tiempo hablar de demografía en Cuba es el “pan de cada día” de investigadores y especialistas que, con luz larga, han alertado sobre un acelerado proceso de envejecimiento poblacional, que plantea retos exponenciales en varios sentidos.
A mal tiempo, buena cara. Así reza un dicho popular de esos que nunca pasan de moda y que la tradición oral se ocupa de conservar.
Este es apenas un preámbulo para desinflar la teoría de que la inflación tendría que comenzar a descender por la tarima: acaso la parte más visible y última de la cadena.
Aunque han transcurrido 145 años, las líneas con las que nuestro José Martí definiera el significado y alcance del diputado, en tanto figura pública esencial, siguen siendo definitorias en las circunstancias actuales y aportan luz a solo unos días de que los electores determinen si la totalidad de los propuestos ocupa el correspondiente escaño en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Con su respuesta por WhatsApp, Arliety Gutiérrez Pérez, directora de la Comercializadora de la Agroindustrial Ceballos, desenredó el nudo en mi cabeza luego de que un amigo santiaguero me pidiera que halara la madeja de una pasta de tomate que no sabía a tomate ni debía ser, por su dudosa calidad, de la empresa avileña; pero tenía la etiqueta.
Durante la temporada de mayor ocurrencia de incendios forestales, de enero a mayo, la prevención es palabra de orden.
Las estadísticas apenas pueden zambullirse en lo que la teoría llama “economía sumergida”.
Irse implica, a partes iguales, o incluso más, en muchas ocasiones, a quienes se quedan.
Adolescentes están entrando a los bares y piden a la carta micheladas, screwdrivers, mojitos, cubalibres sin que bartenders ni administradores reparen en la edad.