El problema no es el daño
Lo dice Ricardo Arjona en la letra de una de sus canciones: “El problema no es el daño…”. Lo ratifica en su carta Aldo Santana Labañino, residente en el reparto de 24 de Febrero, en la ciudad de Ciego de Ávila.
Lo dice Ricardo Arjona en la letra de una de sus canciones: “El problema no es el daño…”. Lo ratifica en su carta Aldo Santana Labañino, residente en el reparto de 24 de Febrero, en la ciudad de Ciego de Ávila.
Con fecha 29 de julio, llegó a nuestra Redacción la respuesta, firmada por Eduardo Larrosa Vázquez, director de la Empresa Azucarera Ciego de Ávila, a la problemática publicada el 14 de junio (Espera a que te llamen).
Estar en el pueblo y no ver las casas debe ser, en realidad, un gran problema, según reza en el refrán popular. Los dos casos que hoy se publican en esta sección, parecen haber sufrido de esa “falta de mirada”.
María Inés Sánchez Naranjo: “(…) Frente a nuestras casas, por donde debía pasar la calle Ramona Idaboy, existe una zanja poco profunda por donde circulan las heces fecales y sus acompañantes...”
Invasor publica parte de la misiva enviada esta semana por Rafael Joaquín Cervantes Cervantes y Yanisleydi Turiño Sánchez, residentes en Pasaje Arnaldo Ramírez, S/N, entre Margarita y Tejar, en el reparto Ortiz de Ciego de Ávila.
“Con perros nos comparamos los humanos, o como perros nos sentimos, cuando algo o alguien nos tratan mal. Así mismo me sentí cuando requerí de los servicios de la Clínica de animales afectivos del municipio de Ciego de Ávila...
“Quisiera plantear, mediante su sección, el escenario crítico que atraviesan profesores, trabajadores y alumnos (...), en el viaje, especialmente de regreso, desde la Universidad de Ciego de Ávila hasta la ciudad cabecera...
El título es una paráfrasis de la frase original (“Siéntate en tu casa y espera…”) dicha por su empleador a Laritza Chaviano Brunet, trabajadora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Azucarera Ecuador, desde octubre de 2008.
Así, como dice el título, son en esencia los casos de hoy. El primero es una respuesta inmediata a lo publicado aquí el día 18 de este mes; el segundo, de ser probado, merece la atención de las autoridades de Salud Pública.
Que la dirección de una entidad responda de manera inmediata, aunque sea su obligación, deja clara la seriedad de aquellos que la representan. No sucede siempre así en esta sección.
Así, como expresa el título, califica Diosdado Hernández Eduardo, director general de la Empresa Eléctrica Ciego de Ávila, el caso de Orelvis Martínez Bustamante
La carta enviada por Silvio Miguel Rodríguez, residente en el Edificio 15, Micro Sur, reparto Carrazana, en Morón, retoma un tema antes publicado en Invasor, que pasa, de la añoranza que siente, a la denuncia.