El crimen de Goicuría: madrugada inolvidable
Tres jóvenes entregan sus vidas a la Revolución en un edificio habanero de 1958.
Tres jóvenes entregan sus vidas a la Revolución en un edificio habanero de 1958.
¡Qué nadie lo dude!: Don Álvaro Reynoso Valdés marcó vitales pautas en el quehacer científico cubano por sus valiosos aportes y la profundidad de su pensamiento. No por gusto, y sí por su valía, es que se le considera como Padre de la Agricultura Científica Cubana.
Mariposas blancas, retoños de siempreviva y espigas de picuala recuerdan en los días finales de octubre —en medio del bullicio de los niños y el ondear de las banderas— la ruta intensa, pero efímera, de Camilo Cienfuegos.
“Trota sobre la espuma, seguido por un mar de negros en machete y sin encadenar. Ordena a su corneta, el toque de a degüello”…
Sus momentos más agudos transcurrieron del 22 al 28 de octubre del lejano 1962 y eso bastó para que la Humanidad se asomara, electrizada y expectante, a la posibilidad casi inminente de una guerra nuclear.
Antes de llegar la media noche pude realizar mi tributo; mi hijo lleva el nombre de Abel.
Sin proponérmelo, en tiempos nuevos, logré que una historia vieja de nuestro país fuera del interés de las niñas.
El 15 de octubre de 1923, hace exactamente 100 años, se desarrollaron las sesiones del Primer Congreso Nacional de Estudiantes.
Aquella mañana gloriosa del 10 de octubre de 1868, Cuba “despertó” del letargo sumiso de tres siglos de dominación española; comenzaba así el primer día de la libertad.
Esta fue, sin dudas, una de las más grandes proezas que se escribieron en nuestras luchas por la independencia.
El 3 de octubre de 1963, hace 60 años, fue firmada por el Gobierno Revolucionario de Cuba la II Ley de Reforma Agraria para acabar con los remanentes del latifundio.
A 63 años de su fundación, el memorable 28 de septiembre de 1960, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) siguen insertados en la cotidianidad nacional cumpliendo tareas ingentes de su tiempo.