Editorial: La orden sigue en pie
Aquella orden de alzamiento, que según recoge la historia, llegó a La Habana escondida dentro de un tabaco no ha sido derogada.
Aquella orden de alzamiento, que según recoge la historia, llegó a La Habana escondida dentro de un tabaco no ha sido derogada.
En 1947, en Ojo del Agua, un bateycito del actual municipio de Baragúa, en Ciego de Ávila, nació mi papá, el mismo día que naciera —20 años atrás—, un hombre humilde, que a fuerza de entrega, firmeza y lealtad a su pueblo se convirtió en Comandante de la Revolución Cubana.
El 16 de febrero de 1903, el imperialismo yanqui consolidó sus planes de dominación semicolonial sobre Cuba durante una ceremonia en el Palacio de Gobierno ante la presencia de diplomáticos estadounidenses, en la que el entonces presidente de la República, Tomás Estrada Palma, firmó el convenio de arriendo de la Base Naval en la Bahía de Guantánamo.
Frente a la computadora, revisando varias fotos para un trabajo, me encontré con una que llamó poderosamente mi atención por lo controvertida de la historia que alrededor de lo que refleja sucedió.
Camilo siempre ha tenido el don de inyectar fe, optimismo y no será distinto en esta ocasión.
Más de un millón de cubanos reunidos en la Plaza de la Revolución José Martí respaldaron con un sí rotundo la Segunda Declaración de La Habana, presentada por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 4 de febrero de 1962.
A 175 años del natalicio del Mayor General José Maceo y Grajales, los cubanos rememoran su impronta excepcional.
De los héroes se ha hablado tanto, y se han pintado con tantos colores y de forma tan enfática, que muchas veces nos parecen inaccesibles.
El 23 de enero de 1869, hace 155 años, José Martí, con apenas 16 años y enardecido por el inicio de la primera de nuestras guerras de independencia, publicó el poema épico-dramático Abdala, un símil de sus ideales y prefiguración de lo que sería su vida inmolada por la independencia de la Patria.
El 22 de enero de 1869, a poco más de tres meses del comienzo de la primera guerra de independencia en los campos orientales de Cuba, un valiente acto protagonizado por artistas criollos en el Teatro Villanueva, en La Habana, ponía en alto el patriotismo y el amor a la libertad de los hijos de esta tierra.
El 16 de enero de 1934, Rubén Martínez Villena perdió su última batalla contra la tuberculosis a la edad de 35 años.
El 12 de enero de 1869, aproximadamente a 85 días de la proclamación de la ciudad de Bayamo como la capital de Cuba Libre o la República en Armas, los habitantes de esa heroica villa le prendieron fuego para no entregarla de nuevo al colonialismo español.