Donar vida
Un donante voluntario desprende cierta ética admirable, una disposición que emerge de adentro, de sus más puros sentimientos.
Un donante voluntario desprende cierta ética admirable, una disposición que emerge de adentro, de sus más puros sentimientos.
Cuba cerró el año 2024 con una esperanza de vida que ronda los 78 años. Esta cifra, nos coloca en una de las mejores posiciones de las Américas, en cuanto a este indicador.
Ahora la producción se comporta con altibajos. Hasta el 20 de enero, no rebasaba el 50 por ciento de lo planificado. La nombrada zafra chica tampoco fue tan azucarada, pese a las favorables condiciones del clima, al cerrar diciembre con el 45 por ciento de cumplimiento.
Los trabajadores del central Primero de Enero tienen ante sí el desafío de rescatar la producción azucarera a mediano y largo plazos. Más ello solo puede ser posible con el andar unido y sin que medie la desidia.
Emerge el año nuevo para hacer lista de lo superado, renovar planes, proponernos otras metas y regalarnos ciertas esperanzas.
La estrategia anual de multiplicar las entregas agropecuarias fructificará en la medida que se hagan realidad el rigor y el control sistemático en Ciego de Ávila.
Terminó el 2024, por fin, y negar que fue un año difícil sería cuando menos deshonesto. Levantarse cada día con la incertidumbre de a qué hora tendrás o no electricidad, llevó a más de uno a extremos impensados de desesperación.
No le abras las puertas al desaliento ni al pesimismo; el ser una persona optimista o vivir con optimismo te va a permitir ver los acontecimientos decepcionantes como situaciones temporales que podemos superar.
En materia de comunicación, el control de daños puede tardar y no hay garantía de que resulte efectivo.
Pudiéramos debatir durante horas sobre la estética y el cuidado que deben recibir las principales edificaciones de nuestra ciudad, pero eso ya es otra tema. Lo que de verdad sorprende en este caso, y no precisamente de forma positiva, es el debate digital que propició la denuncia.
A petición de los ciudadanos y el movimiento animalista de la Isla, muchos artículos de la ley amparan a todo tipo de animales y regulan las condiciones en las que estos deben desarrollarse. Sin embargo, la experiencia durante estos años habla de lo mucho que queda por hacer y cumplir todavía.
Unos espejuelos cuestan los miles de pesos que quieran pedir por ellos. El precio lo definen propiamente el riesgo de asumir una actividad informal, la prueba a fuerza de cuánto es capaz de pagar el necesitado y, sobre todo, la escasez.