Sin que medie la desidia


hombresGriselda Padrón Peña Circundada por pérdidas millonarias, la Empresa Agroindustrial Azucarera (EAA) Primero de Enero se las ingenia hoy para intentar emerger y “salir a flote” en medio de un contexto económico arreciado por el déficit de combustible.

La contienda azucarera 2023-2024 estuvo caracterizada por la producción de 3526 toneladas (t) de azúcar, una misión que sorprendió a los obreros de la industria violeteña incluida en la lista de fábricas paralizadas del país, a lo que le siguió, hasta la segunda quincena de octubre del año precedente, la faena de la meladura como base para la elaboración de alcohol y otros derivados de la caña.

Las condiciones de entonces respecto a la zafra en la provincia avileña condujeron hasta la arrancada emergente del central, que produjo el dulce grano hasta que las lluvias y la ausencia del combustible le jugaron una mala pasada.

La tradicional industria azucarera del municipio de isoras, laureles y bugambilias, como también se define al territorio, tiene la compleja misión de avanzar, aunque coexiste un entorno a contracorriente, pues resulta un ente decisor del aporte al uno porciento para el desarrollo territorial, totalmente deprimido en la actualidad.

Al decir de Orestes Cervantes Domínguez, director adjunto de la EEA Primero de Enero y actual jefe de zafra, los obreros del coloso violeteño participan en la contienda actual aportando materia prima al central Ciro Redondo, con un compromiso de 1890 t en vinculación. De ellas 1045 por el acopio tres y el resto por tiro directo.

Relevante resulta, pues, la inventiva de los trabajadores frente a un escenario plagado de escaseces, cuyas innovaciones posibilitaron el alistamiento de las cinco combinadas CASE y las 11 de tipo KTP que hacen realidad el corte de la gramínea destinada para el Coloso del Centro, y así gravitan de forma favorable para cumplir con los 42 días planificados para la zafra en Primero de Enero.

Acto seguido habrá que dedicar voluntad, responsabilidad y esfuerzo colectivo a la producción de caña y a la preparación de los suelos para la venidera campaña. Los tiempos que corren muestran un sendero complejo con afectaciones tan objetivas como la baja disponibilidad de combustibles, lubricantes y de paquetes tecnológicos.

Sin embargo, la subjetividad, descrita como el mal manejo de los recursos disponibles, por pocos que sean; la escasa o nula atención cultural a las plantaciones, el incendio en algunos cañaverales y el daño provocado por el ganado, persisten desde hace años.

Disfrazar esos flagelos en medio del contexto actual lacera la producción de caña y, con ello, la vitalidad del central Primero de Enero, el cual carece hace mucho tiempo del ciento porciento de su propia materia prima. Por lo que la siembra efectiva de caña sigue siendo una asignatura pendiente en predios violeteños.

Un vistazo al asunto durante la primera quincena de diciembre de 2024 exhibió los incumplimientos de la siembra de la gramínea, según confirmó Hugo Castro Martínez, director de caña en la citada Empresa. Esa fecha mostraba que, de un plan de 1553 hectáreas, solamente habían plantado 356, lo que representaba apenas el 22 porciento del plan.

El tema del combustible insuficiente ya se hacía recurrente y se mantiene su estado hasta la actualidad, donde tambalean las posibilidades de la siembra, pues en los primeros días de enero de 2025 poco se hace al respecto. En estos momentos la asignación de combustibles se destina a la zafra, a la labor en algunas guardarrayas preventivas contra los incendios y a enfrentar el enyerbamiento en determinados campos de algunos bloques de la campaña de frío.

La alternativa es proveer del combustible a aquellas unidades que obren con efectividad y utilicen el recurso correctamente, toda vez que, una realidad acecha: con iguales posibilidades y medios, unos colectivos son eficientes y otros no. Sobresalen en la tarea las Cooperativas de Producción Agropecuarias Mártires de Bolivia y la 21 de Septiembre y las Unidades Básicas de Producción Cooperativa Vietnam y Pablo.

Ante tantos inconvenientes, vale apelar a alternativas al alcance de todos como el empleo de las yuntas de bueyes, la prioridad para la resiembra de todo lo que se pueda sin necesidad de movimiento de tierra, en aras de devolverle vitalidad a las plantaciones y el cuidado de las cepas, del cual dependerá su durabilidad.

La EEA Primero de Enero tiene inscrito en su plan técnico económico la producción en el venidero mes de marzo de 1250 t de meladura, un renglón ponderado por los ingresos económicos que le adjudica a la entidad con pérdidas millonarias y repercute, para bien, en su propio desarrollo y en las gratificaciones de sus obreros, quienes a veces, arrastran varias quincenas sin percibir salario.

Más allá de las labores en pos del autoabastecimiento, con la pretensión de sumarse a la siembra de oleaginosas, como el ajonjolí, para la elaboración del aceite comestible destinado al abastecimiento de los pelotones; de la producción de meladura y de la prestación de servicios a terceros, los trabajadores del central Primero de Enero tienen ante sí el desafío de rescatar la producción azucarera a mediano y largo plazo, una tradición añadida desde la primera mitad del siglo XX en el otrora batey Violeta. Más ello solo puede ser posible con el andar unido y sin que medie la desidia.

 


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