El adiós a José Antonio Chávez: un final congruente con una vida de entrega

Ciego de Ávila despide al Premio Nacional de Danza 2023, fallecido luego de una evaluación artística que lideraba en la cayería norte con agrupaciones danzarias, pertenecientes al Consejo Provincial de las Artes Escénicas

La danza cubana está de luto. El maestro José Antonio Chávez Guetton, Premio Nacional de Danza 2023, falleció el domingo 23 de noviembre, en Ciego de Ávila a los 80 años, mientras se encontraba inmerso en una inspección evaluativa de las unidades artísticas de la cayería norte avileña, dejando tras de sí un legado coreográfico y pedagógico que marcó a generaciones.

José Antonio Chávez, la danza como una novela de amor

Hasta hace pocos días, Chávez permanecía activo como integrante de la Comisión Evaluadora del Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Entre el 10 y el 17 de noviembre, participó en el segundo ejercicio nacional de evaluación artística en Ciego de Ávila, un proceso destinado a certificar la calidad profesional de artistas y agrupaciones, regularizar documentación y estimular el crecimiento creativo en danza, teatro y circo.

En declaraciones al periódico Invasor, el maestro reflexionó sobre el propósito de estas evaluaciones:

“El artista necesita estímulos más allá del aplauso del público. Necesita saber que su desempeño tiene un reconocimiento por parte de las autoridades que pueden elevar su categoría, con los efectos legales y materiales que eso implica. Pero, sobre todo, el reconocimiento de que está creciendo como artista”.

Chávez hizo hincapié en la organización del proceso avileño y el potencial de sus grupos danzarios, aunque advirtió sobre la necesidad de evitar la autocomplacencia: “Para el profesionalismo en el arte no hay metas, porque cada día se puede hacer algo para ser mejor. Eso es infinito”.

Un legado que trasciende el escenario

Nacido en Holguín en 1945, José Antonio Chávez Guetton dedicó más de cinco décadas a la danza, con una trayectoria indisolublemente ligada al Ballet de Camagüey, compañía a la que dotó de un repertorio propio con obras emblemáticas como Ofelia, Vivaldiana, Fatum y Concierto barroco.

Sus creaciones reforzaron la identidad del ballet camagüeyano, siendo descritas por el jurado del Premio Nacional como un “antes y un después” en la historia de la compañía. Como bailarín de carácter, su peculiar interpretación de Mamá Simone, en La fille mal gardée, es considerada por la crítica como magistral e inolvidable.

Ejerció como profesor auxiliar en la filial camagüeyana de la Universidad de las Artes (ISA), impartiendo clases de composición coreográfica, historia de la danza y teoría escénica a incontables talentos que hoy pueblan escenarios cubanos e internacionales.

La relación de Chávez con Ciego de Ávila no se limitó a su última evaluación. En abril de 2018, participó en la VI Jornada de la Danza avileña, donde impartió clases magistrales y dialogó sobre los derroteros para perfeccionar este arte. Su presencia en la provincia formaba parte de su compromiso con el desarrollo cultural territorial, un sello distintivo de su carrera.

La provincia cuenta con agrupaciones profesionales de relevancia como el Ballet Folklórico Osokpuán Irawo y el Conjunto Folclórico Zama, colectivos que representan parte del sustrato artístico que Chávez ayudó a evaluar y a promover, incluidas otras unidades artísticas afines del movimiento de aficionados del sistema de Casas de Cultura y de la Educación Superior.

Su partida en plena labor evaluativa —cuando aún compartía su sabiduría con las nuevas generaciones— resulta una despedida congruente con una vida dedicada por entero a la danza. Como él mismo confesara en una entrevista de 2023: “Le he dado todo lo que he podido a partir del amor inmenso. Yo me entregué totalmente a la danza”.

El maestro José Antonio Chávez no solo deja un legado artístico en el repertorio del Ballet de Camagüey, sino también, una estela pedagógica que continuará vibrando en cada bailarín formado bajo su mirada crítica y generosa. Su muerte en Ciego de Ávila, mientras cumplía con su deber de guía, simboliza el cierre de una existencia tejida con los hilos del compromiso y la pasión por el arte escénico cubano.


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