Juan Almeida Bosque en presente
No concibo al Caimán antillano sin la presencia del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, y aunque hace una década que no está físicamente entre nosotros, lo siento viril, en cada cubano y cubana buenos.
No concibo al Caimán antillano sin la presencia del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, y aunque hace una década que no está físicamente entre nosotros, lo siento viril, en cada cubano y cubana buenos.
Este 8 de septiembre se cumple el aniversario 76 del asesinato, por la tenebrosa policía política del nazi fascismo alemán, del escritor, periodista y revolucionario checo Julius Fucik, Héroe Nacional de Checoslovaquia.
El 13 de agosto de 1996 todo cambiaría. Fueron los niños, quiénes si no, los que le regalaron a Fidel una superfiesta en el Palacio de Pioneros. Así empezó esta suerte de tradición que, a los 93, seguimos celebrando.
Amaban la música, el teatro, la amistad y la vida familiar. Sin embargo, sin dejar de hacer esto, dedicaron sus mayores energías al combate y la Revolución, de manera increíblemente madura y consciente.
En la edición especial del sábado 26 de julio de 1980 no hubo, siquiera, un párrafo que recordara el cumpleaños de Invasor. No hacía falta.
Juan Gualberto Gómez, hijo de esclavos nacido el 12 de julio de 1854, brilla en la historia cubana con el extraordinario mérito de haber sido un patricio de la lucha por la independencia y ganado la confianza de José Martí.
Todo empezó 150 años atrás; aunque el prólogo, quizás, nació mucho antes, junto con aquel criollo, salido del ajiaco cultural que es esta Isla, y el sentimiento hasta entonces desconocido que después llamaron nacionalidad.
Aquel guajirito flaco, quien empieza a erguirse entre cañaverales y tachos cercanos al batey del otrora central avileño Venezuela, alcanza para toda la vida el apelativo de El Bolo.
Con el triunfo de la Revolución cubana, una fiebre guerrillera recorrió el continente americano; sed libertaria más fuerte en Nicaragua, pues eran demasiadas las similitudes entre las tiranías de Batista y los Somoza.
Su amor por Cuba era conocido. Su vida demostró, como afirmó el destacado intelectual Carlos Rafael Rodríguez, que “su cubanismo era firme”. Martí dijo, además, que dedicó su vida a formar hombres “rebeldes y cordiales”.
En consideración a la labor en aras de rescatar, conservar y socializar la Historia Local y Regional; y la preservación del patrimonio material e inmaterial, se confirió a Ciego de Ávila, la sede del acto nacional por el Día del Historiador Cubano.
Vilma, como siempre la llamaron tanto quienes la conocieron como el pueblo cubano en general, fue, además de una dirigente femenina inolvidable, un ser humano extraordinario.