Rinden homenaje a Máximo Gómez en Ciego de Ávila

Estudiantes y profesores universitarios avileños rindieron este lunes homenaje al Generalísimo Máximo Gómez Báez en el aniversario 183 de su natalicio, y rememoraron varias de las acciones que protagonizó al frente del Ejército Libertador en los alrededores de la Trocha de Júcaro a Morón.

Hasta la base del monumento que perpetúa su memoria en el parque que lleva su nombre en la capital provincial, llegaron los jóvenes para reverenciar al dominicano que un día expresó: "mi deuda de amor contraída con el pueblo cubano es inmensa y será eterna para mí y los míos".

Durante la ceremonia, presidida por dirigentes del Partido Comunista de Cuba y de la Federación de Estudiantes Universitarios, se entregó la medalla de Colaborador Internacionalista y la Orden Frank País, de segundo grado, a
varios profesores destacados.

Según investigaciones documentadas por el historiador de la ciudad, Ángel Cabrera Sánchez, en la manigua de Ciego de Ávila, Gómez Báez (1836-1905) generalizó el machete como arma valiosa en la defensa de los cubanos y enseñó la táctica de la guerra de guerrillas.

Los hermanos Marcial de Jesús, Felipe y José Ambrosio Gómez Cardoso; el coronel Simón Reyes Hernández; doña Emilia González Echemendía, jefa de un hospital de sangre, entre otros, estuvieron bajo las órdenes del Generalísimo, principal estratega y táctico de esas luchas contra el dominio español en tierras avileñas.

El patriota dominicano-cubano fue quien asaltó exitosamente la ciudad de Ciego de Ávila, donde pudo abastecerse de ropa, víveres y armas, y establecer durante su estancia una red de agentes, lo cual permitió la ejecución de varias acciones relacionadas con la fortificación militar española de la trocha.

La línea, considerada la obra más perfecta y sofisticada en aquella época, fue burlada nueve veces por el Generalísimo, que creó en la propia trocha una brigada de hostigamiento para propiciar bajas al enemigo, superior a los mambises en hombres y armamentos.

No por casualidad la plaza principal y la universidad de Ciego de Ávila llevan el nombre del prócer independentista, quien el 30 de noviembre de 1895 conformó definitivamente el Ejército Invasor junto con el Titán de Bronce, Antonio Maceo, en los potreros de Lázaro López, en el actual municipio de Majagua.

Fue precisamente allí donde el valiente general dominicano arengó a las fuerzas mambisas: "en las filas que veo tan nutridas, la muerte abrirá grandes claros; el enemigo es fuerte y tenaz; el día que no haya combate, será un día perdido o mal empleado; el triunfo solo puede obtenerse con el derramamiento de mucha sangre".

Y concluía así el veterano militar: "¡soldados!, llegaremos hasta los últimos confines de Occidente, hasta donde no hay tierra española: ¡allá se dará el Ayacucho cubano!".


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