Opinión

Cuando hace unos días el tren atropelló a una adolescente de 13 años de edad, en la ciudad cabecera, el hecho sobrecogía y enlutaba, y debieron avivarse, también, los temores y la reflexión que siempre provoca un hecho trágico como este, sobre todo, porque en la carretera ni los choferes ni los peatones están exentos del peligro.

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