Encontrarme en los bajos del edificio de 12 plantas con unos 150 jóvenes, durante la noche del domingo, sin nasobuco, en grupos, fumando de un solo cigarro, o bebiendo de la misma lata de cerveza; conversando a unos centímetros unos de otros, me hizo recordar la “normalidad” que la COVID-19 trastrocó en incertidumbre, y en esfuerzos ilimitados.

• Lea sobre la COVID-19 en Ciego de Ávila.

Recibir la carta remitida por José Luis Milán Herrera, residente en Calle Tejar, Edificio 22 apartamento 15, en el Reparto Ortiz, de Ciego de Ávila, me dio un indicio más de que la normalidad, aunque no en apariencias, amenazada por la indisciplina, se acerca, si la propia indisciplina no nos demuestra lo contrario.

Milán Herrera cuenta en su misiva: “(…) les escribo por una duda que me asalta, en días pasados un funcionario, no recuerdo cuál, se pronunció por el tema de las tendederas eléctricas y señaló al municipio de Ciego de Ávila como uno de los mayores lugares donde este tipo de servicio eléctrico proliferaba más.

“(…) existen varios lugares donde esto sucede, me referiré a uno en específico. Detrás de la Tienda de Materias Primas, que está al lado de la Academia de Lucha, frente a la Escuela Secundaria Básica Urbana René Ramos, Circunscripción 65, existe un pequeño asentamiento de 19 casas, donde no hay contador para la regulación del consumo eléctrico.

“En las mismas el consumo es diferente para todas, sin embargo pagan justos por pecadores, porque hay casas que no poseen equipos consumidores: fogones eléctricos, neveras..., y pagan un importe inmerecido, lo que conlleva a que derrochadores que poseen estos equipos antes mencionados queden solapados detrás de los otros que realmente no consumen, y esto no se pueda controlar correctamente.

“Pregunto, es tan difícil colocar 19 metro contadores de electricidad en estas casas, ahora que estamos en medio de una crisis energética en todo nuestro país y que esto es necesario controlarlo, no sé si es mejor que existan esas tendederas o conectar esas viviendas a un metro.”

Publicado en invasor digital el 28 de junio de 2019 (Chequea Ramiro Valdés tareas priorizadas en Ciego de Ávila), el Comandante de la Revolución “(…) explicó que la política de la Vivienda es mucho más que fabricar materiales constructivos, pues implica a todas las entidades responsabilizadas con servicios básicos, como el abasto de electricidad y agua, el saneamiento o el mejoramiento del entorno.”

Otra información publicada en el sitio web de Invasor, con fecha 17 de junio de 2019 (Impulsan erradicación de tendederas eléctricas en Ciego de Ávila) ponía un poco de luz a las esperanzas de varios lugares donde el servicio (mejor dicho sobreconsumo) tiene forma de telaraña cableada: “Un programa de significativo beneficio a la familia y a la economía, como el de eliminación de tendederas eléctricas, mantiene su vitalidad en Ciego de Ávila, donde hoy se labora en 14 puntos de la provincia”.

Sin embargo, una gráfica acompañante del texto dejaba claro que el pasado año no beneficiaría a los vecinos de los que habla Milán Herrera en su carta, quienes quizás desconocen que las tendederas, aunque fruto de la necesidad de algunos, también son reconocidas por la Unión Eléctrica como resultado de un acto de indisciplina.

De cualquier manera 2020 aún está en su justa mitad y, a pesar de que la COVID-19 le puso una pausa al planeta, la Empresa Eléctrica de Ciego de Ávila tiene la palabra en esta sección para darles la buena, o la mala, noticia, venida de sus planes e intenciones para lo que resta de calendario.