Noelito, surcador de una nación

noel Mientras buscaba El Edén, una de las tres fincas agroecológicas de Lázaro López, donde, además, hay otras 10 en transformación, pensé: debe ser difícil sacar las palabras de la boca de un joven campesino enterrado en este pedazo de Majagua. Y erré grandemente.

Al bajar del carro, un cartel anunciaba el paradisiaco lugar de 17.9 hectáreas, “embanderadas“ con piñón florido, donde reside Noel junto con la abuela Hilda. También estaba allí papá Noel, que no es el de los regalos navideños, sino el presidente de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Reinaldo Maning, de esa zona, formada por 74 propiedades en manos de lugareños.

• Consulte: Esfuerzos productivos en cooperativa de Ciego de Ávila.

Aguardaba debajo de un arbusto, cerca de la presa y apresado por un descanso, el muchacho de 28 años que representará al sector campesino avileño en el XI Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), que se celebrará en abril próximo. Esperaba con las palabras a raudales.

—¿Por qué creen en ti?

—Llevo tres años como militante, incluso, desde septiembre, tengo doble militancia: la de la UJC y la del Partido Comunista de Cuba.

“Cuando empecé no había Comité de Base en la Reinaldo Maning y lo fundé junto con otros cinco jóvenes agricultores que reunían aptitudes y tenían disposición para serlo. Apenas empezamos a funcionar, el reto fue seguir creciendo y actualmente somos 12. Ah, desde que se creó soy su secretario general. Del total, hay ocho vinculados al surco.

“El campesino se caracteriza por estar casi siempre en el mismo lugar. Vive en su finca. Todo para él es su segmento de tierra, sus animales y cuidar de los sembradíos, pero ser un joven vinculado a las organizaciones políticas significa salirse de ese día a día. En el Congreso podré compartir con afiliados de mi sector y de otros, conoceré sus vivencias y les contaré las mías.

“En la CCS pido a los jóvenes mezclarse con lo nuevo que se va presentando para el desarrollo de la agricultura. Lo que hacemos, más que un sentido puramente político, posee un carácter de superación.

“Cada militante tiene el deber de llevar a los demás aquello novedoso que llega a nuestras manos. Hay que cambiar las mentalidades y perfeccionar las viejas costumbres, sin que estas se pierdan.

“Sobre agroecología, por ejemplo, hay mucho por hacer en la zona, si bien eso lleva que los más viejos conozcan sus beneficios y en ello los jóvenes, con esa capacidad de entender y transmitir lo diferente, podemos ayudar bastante.

“Nos tomamos con seriedad las reuniones y los encuentros de la dirección de la CCS. Allí lo mismo proponemos un viaje a un centro histórico que manifestamos inconformidades con el quehacer diario.

“En el evento denunciaré el recrudecimiento del injusto bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, que tanto daño hace a los agrónomos cubanos, que dependemos de la entrada de equipos, fertilizantes y combustible. No obstante, en El Edén se usan las yuntas de bueyes para labrar la tierra y se defiende el uso de productos biológicos.”

—No hablas como cualquier agricultor…

—Cursé un Técnico Medio en Bibliotecología, con el duodécimo grado incluido, y hace ocho años terminé el Servicio Social en la CCS, como Analista, en asuntos que tenían que ver con documentaciones.

“Comencé como socio de la finca de mi papá, en la que permanecí por tres años, hasta que me convertí en usufructuario.

“Aquí, en lo que es en este momento El Edén, vivió un ganadero que, por la edad, renunció al terreno y luego lo solicité en el Registro de la Tierra municipal. Le he dedicado años a la finca, cuyo nombre puse yo mismo. Por supuesto, a ese hermoso paraíso es adonde quiero llegar.

“Tengo alrededor de tres hectáreas dedicadas al pastoreo del ganado, aunque el objeto social de la finca son los frutales, con tres y media hectáreas de mango asociadas con limón y, dentro de ellos, se siembran hortalizas; una hectárea de guayaba y el resto de cultivos varios —col, acelga, lechuga, tomate, pimiento, pepino y melón de Castilla—, libres de químicos y con diferentes destinos, como el autoabastecimiento local, el Turismo, Acopio y Frutas Selectas.

—¿Qué tiene la tierra que no ofrece una oficina llena de documentos impresos y digitales?

—Mis padres son campesinos. Fui criado en la finca de mi papá, El Palmar, y le ayudaba, por lo que, poco a poco, fue naciendo una pasión por velar la matica día a día y por tocar sus frutos.

“La gente me decía que prosperara a través del estudio, pero al final me di cuenta de que ser agricultor era mi prosperidad, en muchos sentidos.”

—¿Y la superación como productor de la zona?

—Mi papá se hizo Técnico Medio en Agronomía y me apoya con sus conocimientos, vino la informatización en la CCS, la Internet en los celulares y también con eso comencé a acercarme a contenidos que leía en mi Servicio Social. Acaparé mucha información que hoy tengo en el teléfono e impresa. Reviso los perfiles en Facebook de instituciones y organizaciones que aportan sus experiencias.

“La agricultura evoluciona y los productores no podemos quedarnos atrás. Participé en el Fórum de Ciencia y Técnica de la Región Central en 2017, con una investigación sobre el uso de la Trichoderma en semilleros de tomate, cuya utilidad está en protegerlos de la lluvia, trabajo que ha trascendido para llegar a otros campesinos de la Reinaldo Maning. Igualmente, estuve mostrando fragmentos de video sobre la finca en el VII Encuentro Internacional de Agroecología.”

• Lea: Representación de Ciego de Ávila a VII Encuentro Internacional de Agroecología

—¿Cómo te va con la agroecología?

—Agroecología significa trabajar en armonía con el medio ambiente. Utilizo cercas vivas, plantaciones de piñón florido, arbusto que sirve como buen poste y ayuda a la producción de miel —otro de los planes en mi propiedad—, y no uso químicos para combatir a plagas y enfermedades.

“Recuerdo que empecé a reducir los productos químicos para vender un mejor fruto y, sin saber, estaba haciendo agroecología, hasta que nos lo dijeron algunos especialistas. Decidimos eliminarlos por completo. La familia se come lo que producimos acá, nuestra gente y los demás merecemos alimentos sanos.”

Noelito, como se le conoce en Lázaro López, ha logrado rendimientos de 40 toneladas de col en una hectárea y un millón 300 000 posturas por hectárea de semillero de tomate. Claro está, permanece cerca del surco desde las 6:00 de la mañana hasta que casi oscurece, salvo justificadas ocasiones.

No es que se den muchos sucesos culturales, pero al joven le gustan las fiestas que organizan en la localidad y la propia CCS, ir a la playa, aprovechando que los viajes no se dan en tiempos de campaña de frío, y hacer buen uso de la tecnología.

Mientras tanto, aunque El Edén tiene como punto de partida los frutales, anda buscando el cómo, con solo fomentar esas producciones, se sostiene económicamente aquello que es su presente y futuro.

—¿Eres un joven enterrado en el campo?

—Cuando lo tengo delante, sí.


Comentarios  
# Waldo Raicet Pérez González 16-03-2020 03:49
yo conosco a esa familia y son muy laboriosos todos son mis amigos un saludo a todos y en especial a su mamá y papá esos son productores muy destacados porque conosen lo que asen y saben lo que quieren
Responder | Responder con una citación | Citar
# Waldo Raicet Pérez González 16-03-2020 03:53
Ese comentario les yega desde Angola de un colaborador Avileno Felicidades Noelito
Responder | Responder con una citación | Citar
Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar