Seguro varios allegados piensan que le echa de menos a las rutinas de su oficio original, aunque el nivel de actividad le resulta muy intenso y no le alcanza el tiempo para pensar en los quehaceres de salvavidas en la cayería norte avileña.
Máikel Rodríguez Mosquera asumió un cambio radical en cuando la pandemia obligó al cierre de las instalaciones turísticas y la mayoría de los trabajadores de esa rama marchó a sus hogares a la espera de una reubicación laboral en lo que se retorna a la normalidad.
Al joven avileño le llegó pronto la propuesta de trabajar en el apoyo a centros de aislamiento, donde se protegen y atienden personas con peligro de ser portadores de la Covid-19. El cambio era como de la noche al día, y lo aceptó.
En definitiva, la preparación como paramédico en áreas del Policlínico Norte de Morón consolidó su vocación por afrontar el peligro con tal de hacerle bien a sus semejantes. También la pericia adquirida mientras velaba por la seguridad de los bañistas en el hotel Sol Coco.
Así, desde los primeros momentos en que la enfermedad afectó a los avileños, Máikel fue llamado a los centros de aislamiento, donde ya acumula cinco etapas de trabajo.
Rememora que en dos ocasiones estuvo como personal de apoyo en el centro de aislamiento de Ceballos 8, un ciclo de trabajo en el motel La Rueda, y par de veces en la Universidad Máximo Gómez Báez, de Ciego de Ávila, donde ahora permanece.
Sus faenas han sido diversas: limpieza, entrega de alimentos a los ingresados, y la imprescindible desinfección a los lugares donde trabajan los médicos, los ómnibus y las ambulancias, mientras en las noches y madrugadas le corresponde recibir a los pacientes que llegan a la Universidad.
Se le nota en el rostro cierta extenuación porque el movimiento nocturno se las trae, y por el día se suma a otras actividades, sin embargo, el optimismo le da fuerzas para nuevos retos.
“Ese es mi trabajo, ayudar”, afirma el joven, seguro de no confiarse ante la amenaza que representa la Covid-19. Le place que en estos difíciles trances encontró colegas como el fisioterapeuta Roberto Rodríguez García y el enfermero Alejandro Sisne Luis, con reiteradas experiencias en los hospitales de campaña.
Los tres saben que no todos responden ante semejantes responsabilidades, donde un descuido cuesta demasiado. No obstante, preservan el buen humor, la colaboración y la certeza de que el país necesita de personas como ellos, en definitiva, como Máikel, todos salvan vidas.
La Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas apoyando en el Centro de Aislamiento de la Universidad de Ciego de Ávila...
Posted by Jasiel Delgado Isaac on Tuesday, May 12, 2020