Refuerzan protección sanitaria en unidades de las FAR

A la habitual disciplina que caracteriza a las Fuerzas Armadas Revolucionarias se le ha sumado en los últimos meses el incremento del rigor higiénico- sanitario para preservar la salud de quienes tienen la misión de asegurar la invulnerabilidad militar de Cuba.

La provincia evidencia solidez en los mecanismos puestos en práctica con el fin de contener la Covid-19, según el criterio del teniente coronel, doctor Andrés Cabrera Álvarez, jefe de los Servicios Médicos en la Región Militar de Ciego de Ávila.

“Tomamos un grupo de medidas encaminadas a la prevención, entre ellas, colocar filtros en las entradas de las unidades para evitar el acceso de casos positivos a nuestros locales, también impartimos charlas educativas sobre temas relacionados con la enfermedad y establecimos controles diarios estrictos en los campamentos, con énfasis en evitar el surgimiento de microvertederos, usar correctamente el nasobuco y contribuir al hábito de que al toser las personas se cubran con el ángulo del codo.

Desinfectación a la entrada de la unidadDesinfección en la entrada de una unidad. Procesos similares ocurren en su interior

“Insistimos, en los dormitorios, en la separación de las camas a un metro o un metro y medio, y en los casos de alguna reunión o formación respetar similares distancias entre los compañeros.”

El galeno hizo referencia a otros aspectos esenciales, como la profilaxis para que los soldados no fumaran del mismo cigarro, además, en los locales destinados a la asistencia médica se orientó tener los medios de protección y usarlos de manera permanente ante cualquier paciente con síntomas respiratorios.

Otro elemento fundamental tuvo en cuenta la atención a los soldados que apoyan al Ministerio del Interior en la organización de las áreas de cuarentena para que tuvieran todas las medidas de seguridad, basadas en pesquisajes diarios, detectar al que presentase alguna sintomatología e inmediatamente atenderlo.

Jóvenes en inesperado combate

Al servicio médico del territorio avileño le corresponde un capítulo de incalculable mérito en la lucha por contener la Covid-19. En la primera línea de esta historia aparece el doctor Luis Ángel Sánchez Rodríguez.

Cuentan sus compañeros de la Escuela Provincial de Preparación para la Defensa Comandante Ramón Paz Borroto, que al joven le preguntaron su disposición para prestar servicios de salud en un lugar todavía por precisar.

La interrogante aconteció un domingo, al igual que la respuesta afirmativa. Lo sorprendente es que ya el lunes estaba en camino hacia La Habana, y poco tiempo después, fue incluido en el grupo de la Brigada Henry Reeve que partió hacia la región italiana de Lombardía, una de las zonas más azotadas por la pandemia.

Así quedaba vacante el puesto de responsable del área de salud en el campamento, función asumida sin titubeos por una doctora chambera, Dailé Hernández Campos, con apenas cuatro años en el ejercicio profesional.

Revisión médicaLa doctora Dailé en pleno examen a un paciente

“Esta unidad es amplia en cuanto a la cantidad de soldados. Resulta difícil hacer el pesquisaje a tantas personas, más las charlas educativas, estar al tanto de la ubicación de soluciones de hipoclorito, agua jabonosa y agua clara en la entrada y demás locales, más los recipientes para desinfestar el calzado.

“Con respecto a los soldados, cada uno cuenta en su bolsa con un frasco que contiene solución de hipoclorito, y en los comedores se amplió el distanciamiento de los comensales, al igual que en los ómnibus destinados al traslado de nuestros trabajadores.”

La novel doctora tuvo un reto con la nueva encomienda: “Durante aquellos días, los soldados mantenían su frecuencia habitual de pases y tuvimos varios casos sospechosos al confirmarse positivo un familiar de un combatiente”.

“A los cuatro o cinco días el muchacho empezó con un cuadro respiratorio, activamos el grupo de respuesta rápida y lo remitimos al hospital Nguyen Van Troi, donde estuvo 14 días. Fue estresante porque el resultado de su PCR se tardó un poquito. Los contactos llegaban a 105 que fueron aislados en un dormitorio. A 46 con síntomas respiratorios se les realizó el PCR y al resto test rápidos. Todos los resultados fueron negativos, pero aquellos días serán inolvidables para mí.”

Sin bajar la guardia

Aparte de la Covid-19, Cuba sigue bajo el asedio de “otra pandemia” provocada por quienes desean destruir su proyecto social, de ahí que en materia de defensa la preparación sigue.

El Capitán Yosvany Jardines González, jefe del Batallón de Infantería de la Región Militar avileña dice que, a la par de la protección contra la Covid-19, recientemente concluyeron la especialización de un grupo de sargentos y soldados.

“Terminamos con un ejercicio de tiro con lanza cohetes RPG-7 y lanza granadas AGS-17, también mantenemos la revisión sistemática del estado técnico de nuestros medios, junto a la preparación habitual de las tropas”, afirmó el oficial.

La disposición de los soldados se ratifica con el dominio de la técnica, el cuidado de la salud personal y de los compañeros, quienes llevan un largo periodo de acuartelamiento que ya rebasa los 70 días.

Enmanuel Hernández Hernández ha rebasado con éxito el difícil adiestramiento militar, y agradece, en nombre de sus compañeros, la buena atención que reciben del personal de la salud.

Su colega Rainel Díaz Díaz dijo a Invasor que en estos meses ha aprendido mucho en los ejercicios tácticos y de tiro. Lo más duro ha sido la separación de la familia, aunque en los momentos libres tienen la oportunidad de entretenerse con la práctica de juegos pasivos y video juegos.


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