Si anteayer fueron 232, los 10 casos menos confirmados ayer martes nos dejan hoy con un halo de esperanza que, desde mi punto de vista, puede no serlo, si nos remontamos a agosto de 2020. Esto en caso de que las actitudes —y las decisiones—, también se repitan.
• Un adelanto en Ciego de Ávila vs. COVID-19: un año de epidemia
Pero, nada de augurios ni de pesimismo, mejor vayamos a las cifras del último reporte y luego hablamos de esto. Una tasa de incidencia hace rato pretendida nos ubica en mejor posición: 50,6 por cada 100 000 habitantes. (Si miramos unos siete días atrás, el descenso de la tasa —142,4 por cada 100 000 habitantes— nos dice que llevamos un buen paso). No obstante, el territorio chambero se mantiene como el de mayor incidencia en los últimos 15 días con 3 413,2 por 100 000 habitantes.
Se incrementan los casos en los municipios de Bolivia y Ciego de Ávila (+11 en ambos); Baraguá (+5), Venezuela (+2) y Morón (+1); se trabaja en 15 eventos locales, 13 comunitarios y dos institucionales, —aún los hogares de ancianos de Ciro Redondo y Primero de Enero—; y se mantienen activos 644 controles de foco (641 comunitarios y 3 institucionales).
Según datos ofrecidos por el especialista de segundo grado en Higiene y Epidemiología y metodólogo docente del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, José Ramón Artigas Serpa: “En el día se confirman 54 pacientes en edad pediátrica. De ellos, dos menores de un año; 12 entre uno y cuatro años, y 40 de cinco a 18 años”. Cifra que, aunque disminuye ostensiblemente, no disminuye el susto en el aliento colectivo ni da cuenta de que haya “disminuido” la percepción del riesgo por parte de las familias. Parecerá matraca mía, mas repito: se supone que permanezcan en sus casas.
Informó el galeno, además, que “En el día ingresaron 464 personas en instituciones: 66 en la categoría de sospechosos y 398 confirmados. Existe una dotación de 4 209 camas, de las cuales 1 383 están disponibles para el ingreso de casos confirmados”.
No incluyó el reporte de ayer si hay, o no, casos pendientes. Conjeturas de por medio: se sumarían a los 464 expuestos en el párrafo anterior los 104 en espera desde la jornada precedente.
“Por COVID-19 fallecieron 10 personas, para un acumulado de 602 en lo que va de año. Se procesaron en el día 1 122 muestras de PCR, con 221 casos autóctonos confirmados y una positividad de 19,7 por ciento. Hay una muestra positiva que fue procesada en el laboratorio de Villa Clara; en tanto se realizaron 61 Test de Antígeno por Biosensor, con cinco positivos a confirmar.”
Otros datos en el informe diario que confecciona la Dirección Provincial de Salud: “Consultorios sin cobertura médica, nueve, y 62 sin enfermeras (ninguno recuperados en el día).
Llama la atención que pervivan deficiencias del día anterior tales como las dificultades con el suministro de oxígeno a los centros, y que se mantenga el número de pacientes graves y críticos en la provincia, así como la letalidad.
Sumadas a estas, la presencia de acompañantes en Zona Roja en centros de atención a pacientes, y algunas referencias de pacientes graves al hospital Antonio Luaces Iraola desde los centros de atención, sin previa coordinación. Tal pareciera que, a estas alturas, alguien desconoce los protocolos.
• Más información en Ciego de Ávila vs. COVID-19: Nadie en cero
De vuelta al primer párrafo, y con base en la observación participante, la voz popular enciende un bombillo para este reportero: ¡Qué bueno que hemos descendido! ¿Tiramos voladores por eso? ¿Será que el hecho de solo realizar toma de muestras de PCR-RT en los centros de atención al paciente COVID —ya no en las consultas de Infecciones Respiratorias Agudas— es la causa del descenso de los casos? ¿Y los asintomáticos que antes se conocían, al menos, por medio de un Test de antígeno?
¿Puede, en Epidemiología, inclinarse tan bruscamente una curva de incidencia? ¿Qué sucede con la transmisión comunitaria cuando muchos optan por no acudir al médico y “curarse” con lo que han oído que es “bueno” contra la COVID-19?
Prefiero confiar. Confiar en que estoy errado hasta los tuétanos y que, llegado el momento, no volvamos a abrir las puertas así, mansitos, y regresar al punto en que nos ubicó el verano de 2020.
Fuente: Dirección Provincial de Salud