Ciego de Ávila vs. COVID-19: un año de epidemia

Un recuento apurado del enfrentamiento al SARS-CoV-2 en la provincia, 365 días después del primer caso.

Nadie nos dijo el 24 de marzo de 2020 que lidiar con la COVID-19 sería una carrera de fondo en Ciego de Ávila. Un año después, y para ser justos, tenemos que reconocer que no habría sido posible predecir lo vivido: un virus nuevo, de comportamiento errático y agresivo, poniéndonos contra las cuerdas en un momento particularmente complejo para el país.

¿Cuáles eran las probabilidades de éxito entonces?, ¿cuáles hoy? En esta vuelta al Sol hemos tenido días muy grises, de angustias, miedos, sobresaltos, cansancio, dolor por quienes ya no están y felicidad por los que vencieron. Con ellos y la Ciencia cubana, justo ahora, ya divisamos la luz al final del túnel.

luz

Posted by Osvaldo Gutierrez Gomez on Tuesday, March 23, 2021

Le propongo hacer el recuento de rigor, sabiendo que usted y yo hemos transitado este tiempo juntos, tratando de ponerle razonamiento al dato y números a las valoraciones. Veamos.

La historia de la epidemia causada por el SARS-CoV-2 en Ciego de Ávila comenzó a escribirse, como adelantábamos, el 24 de marzo de 2020, cuando fue informado el primer caso positivo. Se trató de una viajera de 42 años de edad, procedente de Estados Unidos, que había arribado el 15 de marzo.

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Posted by Periódico Invasor on Tuesday, March 24, 2020

Inició así la primera etapa, primera ola, primer brote o primer momento de la COVID-19 en Ciego de Ávila, y se extendió hasta el 27 de mayo de 2020, fecha en la que se reportó el último positivo. En esos 65 días, la provincia acumuló 96 confirmados, 50 féminas y 46 varones, y tres personas fallecieron.

Municipios como Florencia, Venezuela o Morón, específicamente el poblado de Turiguanó, no olvidarán las jornadas de cuarentena, pesquisa y zozobra, aunque, en sentido general, todos los territorios, excepto Primero de Enero, tuvieron incidencia.

A finales de junio, cerrados todos los focos y eventos, y de alta clínica y epidemiológica todos los enfermos, Ciego de Ávila se declaró libre del nuevo coronavirus. Así lo reseñó Invasor:

“Esta tragedia ‘covidiana’ nos ha robado en Ciego de Ávila 13 semanas de vida ‘normal’, en las que puso a prueba todas las capacidades: las logísticas, organizativas, estructurales y, sobre todo, las humanas. Los saldos son positivos; sin embargo, los tres fallecidos son una marca candente en el cuerpo de la provincia.”

Después llegó el verano. Muchos observamos con cierta desconfianza las actividades recreativas pues, si bien la gran mayoría de las provincias del país mostraban una situación sanitaria bastante controlada, sobre todo en el Occidente y la capital el virus continuaba circulando con mucha fuerza. Lo hasta cierto punto inevitable, es decir, la aparición de nuevos confirmados, sucedió el 25 de agosto de 2020, 89 días después del último caso.

Así comenzó el segundo momento, segunda ola o primer rebrote de la COVID-19 aquí. La segunda temporada vino con todo, con una fuerza de 808 casos, más de la mitad diagnosticados en el mes de septiembre.

A diferencia del brote inicial, el virus se cebó en el interior de instituciones y el municipio cabecera, con un predominio del sexo masculino entre los diagnosticados, y dejando larguísimas cadenas de contagio, una veintena de centros de aislamiento abiertos y 15 fallecidos.

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Con esas estadísticas, Ciego de Ávila fue epicentro de la epidemia en Cuba en septiembre, lo cual motivó la intervención de un grupo de expertos del Ministerio de Salud Pública, enviados por la máxima dirección del país, y la aplicación de fármacos como la Biomodulina T, el Nasalferón y el Hebertrans (Factor de Transferencia), que tuvieron un efecto positivo en segmentos muy vulnerables como los ancianos, los trabajadores de la salud y los niños.

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El dos de octubre, el Ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, de visita de control en el territorio, inauguró el Laboratorio de Biología Molecular en Morón, pilar del enfrentamiento al nuevo coronavirus en la región central del país, junto al de Villa Clara.

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Posted by Periódico Invasor on Friday, October 2, 2020

La cola del primer rebrote llegó a finales de noviembre. En diciembre apenas se reportaron 10 casos autóctonos positivos y el fin de año pareció ser un momento de menos tensión. Pero el ocho de enero Invasor se adelantó a lo que estaba por venir:

“La COVID-19 nunca se fue, ya lo sabemos. El fin del rebrote en Ciego de Ávila no tiene fecha precisa porque empatamos el cierre del último evento de transmisión con el goteo incesante de casos importados y autóctonos que ha signado nuestro regreso como provincia a la Nueva Normalidad.”

De hecho, la Nueva Normalidad nos duró muy poco. Para el 15 de enero se decretó el retroceso a Fase III y Transmisión Autóctona en Majagua y Morón. El municipio cabecera les seguiría una semana después, y el dos de febrero, entrando de lleno al momento más álgido del segundo rebrote, la provincia completa pasó a la Etapa Epidémica.

Contrario a lo sucedido en septiembre, el actual rebrote en Ciego de Ávila vino de la mano de los viajeros internacionales. El incumplimiento de las medidas indicadas y las fallas en los protocolos establecidos para la etapa de Nueva Normalidad, condicionaron la explosión de casos que sobrevino en enero y febrero. Más de 1 200 confirmados en tres meses, dos fallecidos, un importante número de niños y adolescentes enfermos, y focos en hogares de ancianos y otras instituciones, son algunos de los saldos preliminares.

A un año de los primeros diagnósticos y un esfuerzo colosal, en el mes de marzo ha descendido notablemente la cantidad de confirmados, evidencia del control sostenido en los focos activos y la búsqueda incesante y muestreo de todos los contactos. Al cierre del 23 de marzo, con cuatro nuevos casos autóctonos, la provincia acumula 2 119 positivos, de ellos 20 fallecidos, y una tasa de incidencia para los últimos 15 días de 23.31 por cada 100 000 habitantes, lo cual la sitúa más cerca de un posible cambio de Etapa.

Con Soberana 02 y Abdala en el horizonte cercano, cabría suponer que la provincia no vivirá un nuevo rebrote de esta magnitud, pero ante un virus como el SARS-CoV-2 no se recomienda cantar victoria antes de tiempo.

Desde Invasor, en estos 365 días de cobertura diaria, hemos intentado contar la historia de una provincia asediada por la COVID-19, no solo desde los números de cada jornada, sino desde las experiencias de su gente. Ojalá lo hayamos conseguido.


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