Diálogo con el doctor Ángel Enrique Batista Díaz, director provincial de Salud, sobre el actual rebrote de COVID-19 en Ciego de Ávila
Si creyéramos en la inevitabilidad de ciertos acontecimientos, tendríamos que coincidir en que el doctor Ángel Enrique Batista Díaz, director provincial de Salud, estaba preparado para asumir el cargo en el peor momento de la pandemia de la COVID-19 en Ciego de Ávila. También desde antes, pero sobre todo después de recibir la máxima responsabilidad sanitaria del territorio, el tiempo no le alcanza. Duerme poco, casi no puede ir a darle una vuelta a su madre anciana y está “criando” un par de ojeras “saludables”.
Todo eso, de alguna manera, ya lo había vivido. Mientras se especializaba en Medicina Interna, instalado día y noche, casi, en el Cuerpo de Guardia del Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola.
Luego como decano y rector de la Universidad de Ciencias Médicas, con un puesto de mando incluido para coordinar acciones como parte del enfrentamiento al nuevo coronavirus.
“Sabía a lo que me estaba enfrentando”, dice y busca una palabra para calificar el ritmo vertiginoso que asumió hace poco más de tres meses: fuerte. Sin embargo, una puede intuir que ese adjetivo se queda corto, impreciso, débil. Si le preguntan por lo que más extraña de su otra vida se ajusta los espejuelos, traga saliva y confirma que el tiempo de compartir con su familia. Si pudiera, borraría esa “costumbre” de llegar a casa tarde en la noche y ver a sus hijos durmiendo; o esa otra de levantarse a las 4:00 de la madrugada, mientras sus hijos todavía duermen.
No hay, empero, cómo encarar una entrevista con el doctor Angelito, sino yendo de frente a la raíz de las cosas. Por eso salta de la agenda un primer momento tenso, de rendición de cuentas ante la máxima dirección del país. La reciente visita de trabajo del Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dejó críticas a la gestión de la provincia en el enfrentamiento a la COVID-19, justo en la consolidación de una tercera ola de contagios. El vice primer ministro, doctor Roberto Morales Ojeda, dijo que no habíamos aprendido las lecciones luego del rebrote de septiembre.
— ¿Coincide usted con esa afirmación? ¿Qué lecciones no se aprendieron?
— Coincidimos con el criterio expresado por el vice primer ministro, doctor Roberto Morales Ojeda, sin embargo, creemos que cuando él dice que no aprendimos la lección se refiere a algunos aspectos y no de manera general. Una primera lección no aprendida tiene que ver con que una parte de los avileños no acaba de comprender la importancia del cumplimiento de las medidas de bioseguridad, dígase el uso del nasobuco, el aislamiento, la restricción de la movilidad, la desinfección de manos y superficies. Estas actitudes están conectadas, además, a la irresponsabilidad individual y administrativa, en particular, a un fenómeno que nos ha golpeado, la asistencia a los centros de trabajo de personas con sintomatología respiratoria. En más de un lugar nos ha generado aparición de casos y cadenas de contagios.
“Otra lección no aprendida es la baja percepción del riesgo, de forma general, incluyendo al personal de Salud. La percepción del riesgo no pasa solo por lo que veíamos antes, o sea, el incumplimiento de las medidas de bioseguridad, sino por no accionar de manera coherente en función de controlar la pandemia, cumpliendo con la metodología y las acciones descritas en el plan de enfrentamiento. Comenzando por la prevención y la pesquisa, pasando por el control de foco, hasta el adecuado manejo de confirmados, sospechosos y contactos.
“Algo que hemos hecho diferente a los brotes anteriores, y que podríamos considerar como un aprendizaje, es adelantar etapas del enfrentamiento y haber diferenciado los hospitales que atenderían la COVID-19 y los que no, ya que eso evita el cruzamiento y la transmisión dentro de las instituciones de Salud, cuyas consecuencias vivimos en septiembre en el Hospital Provincial Antonio Luaces Iraola.”
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— Una de esas lecciones no aprendidas tiene que ver con demoras en el traslado de los pacientes, el aislamiento de contactos y la toma de las muestras. A su juicio, ¿ha faltado intersectorialidad e integralidad en el enfrentamiento?
— Si alguna vez hemos comprobado la intersectorialidad ha sido en el enfrentamiento a la COVID-19. Las relaciones de trabajo con las direcciones de Transporte, Educación, las universidades, Agricultura, entre otros organismos, coordinados y dirigidos por el Partido y el Gobierno. Donde haya fallado un componente del proceso, dígase demoras en el aislamiento o en la información del resultado del PCR-RT, no ha sido porque no se lograra la intersectorialidad, sino por problemas muy puntuales con alguno de los eslabones de esa cadena. Esa interrelación entre sectores de la economía y la sociedad ha permitido mantener con vitalidad centros de aislamiento, unidades asistenciales de Salud.
— El actual rebrote en Ciego de Ávila ya es el de mayores acumulados durante toda la pandemia, excepto en el número de fallecidos, afortunadamente. ¿Cuáles considera usted han sido las variables que más han influido en las dimensiones del contagio en la actualidad?
— Es multifactorial, pero lo resumiremos en tres elementos. Uno: las características del rebrote, no solo en la provincia, sino a nivel nacional. No podemos afirmar que el incremento de casos esté relacionado con una mayor contagiosidad; no tenemos evidencias de que estén circulando cepas más contagiosas en el país ni en la provincia, pero sí se ha constatado un aumento de los positivos entre el segmento de los contactos.
“Dos: la percepción de riesgo. Lo vemos en un tema tan sensible como los fallecimientos. En períodos anteriores se informaba un fallecido y la noticia tenía un efecto de recogimiento en las personas, temor. Hoy, cuando, lamentablemente, se oscila entre tres y cinco muertes diarias, mucha gente sigue de largo. Lo mismo sucede con las medidas de restricción de movilidad y cuarentena. En el brote anterior, mientras la ciudad cabecera estuvo cerrada, nadie quería venir. Pero, en esta oportunidad en que se cerró Morón, todo el mundo quería entrar a la Ciudad del Gallo. No hay miedo.
“Tres: la llegada de viajeros internacionales a la provincia, en el momento en que lo dispuesto era la vigilancia en las áreas de Salud y no en centros de aislamiento.”
— A propósito de los viajeros y su impacto en el curso de la pandemia, ¿qué pasó el fin de año de 2020 para que el inicio de 2021 mostrara un incremento de contagiados? ¿Este escenario sorprendió a la Dirección Provincial de Salud o, de cierta manera, se podía anticipar lo que vivimos hoy? ¿Podríamos hablar de un desgaste en la manera de implementar el protocolo?
— A los tres elementos enunciados antes, debemos añadir que la presencia de viajeros generó un problema extra para el territorio. Aunque en determinados momentos del año 2020 llegaron viajeros, no fue nada comparable con el mes de diciembre, cuando tuvimos picos de arribos de hasta 300 en un día. La mayoría procedía de Estados Unidos, en ese momento el país con más contagios en el mundo.
“Todo lo dicho tributó a un rebrote de mayor magnitud. Veámoslo con más detalles. Llegan los viajeros en esa etapa y el protocolo para la Nueva Normalidad indica aislarlos en sus residencias y realizarles un segundo PCR-RT al quinto día. Allí entran a jugar un rol decisivo los equipos básicos de Salud de las comunidades, encargados de liderar al resto de los factores (organizaciones de masa y políticas en el barrio) y de realizar un grupo de acciones antes, durante y después del arribo del viajero. Esa era la teoría.
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“La realidad luego nos demostró que en varias ocasiones los individuos violaban lo establecido y los factores de la comunidad no interferían. No creo que nos haya sorprendido el rebrote, pues el crecimiento en el número de casos positivos no fue en explosión, sino escalonado. De hecho, nos hemos mantenido por debajo de la media del país en lo que va de 2021.
“Pero sí hay un desgaste, no solo de las personas, sino desde el punto de vista del aseguramiento. Cada vez que cerramos una calle, una cuadra, un edificio, hay que echar a andar mecanismos logísticos para garantizar el acceso a los alimentos y a los servicios de Salud a esa población. Por eso ha habido que delimitar mejor las zonas con riesgo.
“No obstante, la responsabilidad de Salud Pública como institución no se puede eludir. Nos toca. Y le toca, en primer lugar, al Médico de la Familia y el Equipo Básico de Salud conducir el proceso, porque la entrada al sistema, en teoría, es por ahí. Y también de la pesquisa, ya que se entiende que los casos detectados por la pesquisa se evalúan en el consultorio. Sí estoy de acuerdo con que una vez activados los consejos de Defensa, a todos los niveles, hay una responsabilidad en esa estructura. Te puedo poner de ejemplo al municipio de Morón, con una experiencia muy buena en el accionar de los consejos de Defensa de las zonas y los factores involucrados.”
Ángel Batista Díaz, director provincial de Salud Pública en Ciego de Ávila, durante un informe al Consejo de Defensa Provincial
— Sin embargo, es uno de los territorios de mayor incidencia…
— Sí, pero tiene otras complejidades. Ahora bien, en esta provincia, mucho antes de que el país aprobara el manejo de viajeros dentro del protocolo (ni siquiera estaba activado el Consejo de Defensa Provincial), se coordinó un grupo de acciones y estrategias encaminadas a la vigilancia estricta de los viajeros en sus comunidades, que luego se generalizó a nivel nacional. Eso, en algunos lugares como Florencia funcionó, siendo el tercer municipio con más viajeros, solo antecedido por Ciego de Ávila y Morón. Si hubiésemos consolidado ese trabajo en todos los territorios hoy la situación sería diferente.
• Los síntomas de la cuarentena en Morón.
— A diferencia del rebrote anterior, en el actual no se ha decretado la apertura de ningún evento de transmisión comunitaria ni institucional. Sin embargo, la dispersión de los casos habla a favor de una transmisión en ciertos núcleos poblacionales y nuevamente los dos hospitales han reportado casos, sobre todo el de Morón, así como instituciones muy vulnerables, como hogares de ancianos. ¿Podría ofrecer información sobre cómo se ha manejado el control de foco en estos lugares? ¿Considera usted que debió decretarse evento de transmisión en algún caso?
— No le tenemos miedo al evento, pues da ciertas posibilidades desde el punto de vista del enfrentamiento y la actuación. Pero hay requisitos y criterios técnicos que determinan si se declara o no; hay diferencias en la epidemiología del foco y del evento que deciden las acciones a desarrollar.
“Morón tuvo alrededor de 27 focos en el Hospital Provincial Roberto Rodríguez en un primer momento, pero la dispersión geográfica de los contagiados no apuntaba a una transmisión intrahospitalaria. El virus estaba llegando desde fuera. Allí, fundamentalmente, los positivos fueron trabajadores de la Salud, no pacientes, a diferencia de lo sucedido en septiembre en el Luaces Iraola. Eso quiere decir que nuestro personal se cuidaba mucho al atender a sus pacientes y bajaban la guardia mientras interactuaban entre ellos. Del total de confirmados asociados al Roberto Rodríguez, solo cinco fueron pacientes. En Ciego de Ávila se contabilizan poco más de 80 trabajadores de Salud contagiados.
“En el Hospital Psiquiátrico Nguyen Van Troi se reportaron cinco positivos, pero el contagio vino de fuera. Igual sucedió en los focos de los hogares de ancianos de Morón y Venezuela. Este último caso con violaciones comprobadas de las medidas establecidas que prohíben la asistencia de trabajadores con sintomatología respiratoria.
“Sobre este particular podemos decir, además, que como parte de las acciones de prevención, se decidió implementar cuarentenas a las instituciones sociales, dígase hogar de niños y hogares de ancianos. En Venezuela, las autoridades sanitarias del municipio se demoraron en aplicar el cierre y la restricción de movimiento allí, lo cual derivó en una transmisión provocada por una trabajadora que continuó en sus labores con síntomas respiratorios. Es por ello que se aplicaron medidas disciplinarias y judiciales a varias personas. Hoy están de alta todos los abuelos contagiados y ya se cerró el control de foco.”
— Sin dudas, el elemento que hace la diferencia con respecto a otros momentos del enfrentamiento, aun con grandes cifras de contagiados en el actual rebrote, es la mortalidad. Si bien en septiembre el contagio dentro del hospital condicionó este indicador, con pacientes más vulnerables, hoy la provincia muestra otros resultados. ¿Cuestión de suerte?
— La suerte la vamos a dejar fuera porque no juega. Si hoy tenemos mejores resultados en esos indicadores se debe, primero, a la aplicación de la Biomodulina T a todos los adultos mayores en el territorio, resultado de la intervención comunitaria en el anterior brote. Ese medicamento reforzó el estado inmunitario de la población adulta mayor y cambió el curso de la pandemia en ese segmento etario. Hemos tenido casos de ancianos centenarios que han sobrevivido a la enfermedad.
“En segundo lugar, las adecuaciones al protocolo cubano y la decisión de adelantar el tratamiento en aquellas personas contagiadas y consideradas vulnerables, porque ha enlentecido la progresión de la enfermedad y ha disminuido la incidencia de casos graves y críticos. Además, la aplicación temprana de los heberferones ha determinado que ya al quinto día los pacientes confirmados negativicen.
“Y, por último, no podemos dejar de mencionar la aplicación del Nasalferón al personal médico, lo cual también contribuyó a bajar la incidencia dentro de los centros asistenciales. Nos ayudó, incluso, en población de riesgo, como los pacientes dentro de los hospitales.”
En visita de trabajo al Hospital Provincial Roberto Rodríguez de #Morón el Dr . Héctor Corratge evalúa funcionamiento y...
Posted by Dirección Provincial de Salud Pública - Ciego de Ávila on Wednesday, March 17, 2021
— Estamos a las puertas de cumplir un año de enfrentamiento a la COVID-19 y sería lo más normal del mundo que el cansancio nos domine. ¿Nota usted ese desgaste en el personal de Salud?
— Este ha sido un año particularmente fuerte, en el que apenas hemos tenido descanso. La mayoría de los trabajadores de la Salud no ha podido disfrutar de sus vacaciones y, a pesar del cansancio lógico, nuestra gente sigue batallando. Te digo más: hoy hay mayor disposición del personal médico, mayor compromiso. Y las diferencias con el brote anterior son considerables. Más casos, más hospitalizados, un hospital destinado a la COVID-19, sin embargo, no hemos recibido personal de apoyo de otras provincias, no ha sido necesario.
— En virtud de esa misma complejidad de la que hablábamos, de 12 meses sin tregua y un sistema haciendo hasta la imposible, ¿cómo la provincia conjugó el enfrentamiento a la COVID-19 con el resto de los programas del sector? ¿Considera que se ha desatendido alguno para priorizar el trabajo ante la pandemia?
— Decirte que no es falso, porque nadie creería que ante un desgaste como el que ha impuesto la COVID-19 todo ha salido como se debe. Pero sí hay prioridades de trabajo que, con COVID-19 o sin ella, han seguido reclamando nuestra atención. Que no les hemos prestado la misma atención a algunas enfermedades crónicas, por ejemplo (aun cuando no se han deteriorado los indicadores), es cierto.
“Sin embargo, del PAMI no hemos quitado ni un solo recurso humano, financiero o material, y es la principal preocupación de nuestro sistema. Es un programa transversal a todos los servicios de Salud, por lo que hoy tenemos un grupo de trabajo en cada municipio revisando, controlando, asesorando a todos los factores responsabilizados con el programa. También reciben una mirada diferenciada los programas de atención al Adulto Mayor y las enfermedades infectocontagiosas (arbovirosis, ITS/VIH).
“En resumen, no te puedo decir que se ha desprotegido el sistema de Salud en medio de la pandemia, pero tampoco negar que se han establecido prioridades. Lo cierto, después de un año de trabajo tan intenso, es que siempre que sean grandes los desafíos, mayores serán nuestros esfuerzos.”
Ni una línea de la entrevista dedicada sobre alguna estrategia de profesionales de la psicología con el personal médico que lleva un largo año en enfrentamiento a la Covid 19. Existe algun plan diseñado ?
Que datos tiene la dirección de salud en la provincia sobre el aumento de suicidios, violencia familiar, trastornos en la alimentación ?
Brmh
Leo y veo los grandes problemas que existen por la poca percepción de riesgo , es algo en el que hay que trabajar sistemáticamente pues por diferentes factores la sociedad cubana ante diferentes fenómenos presenta la misma actitud irresponsable.
Una última interrogante
Bajo que estudió científico se decidió cerrar las escuelas primarias ?
Cuántos casos existen en la provincia en Instituciones de este tipo ?
Brmh
Psicólogos necesita toda la población, que hay muchos problemas, tales como el covid, multas, altos precios, carencias y colas, y muchas muchas familias pasándolo muy mal.