Noble intento

Una frase de la obra martiana es muy socorrida por estos tiempos. Enarbolada por unos y otros, ya sea literal o parafraseada, la encontramos por ahí. Se ajusta a nuestro contexto en momentos donde la crítica aparece desnuda, sin tapujos.

Con voracidad desmedida, con pasión y muchas veces sin tino, los comentarios de la realidad que nos sofoca se vierten hasta como necesidad de desahogo o por costumbre de hacer uso del derecho a expresarnos, ese del que se llega a abusar; sin embargo, no somos conscientes de ello.

En medio de la crisis sanitaria más grande que haya vivido el mundo, en un ambiente de asfixia económica que obliga a los cubanos a replantearse muchas cosas; en la lucha por salvar la vida, por proteger la salud; cada palabra que expresamos, cada idea, pueden ser lo mismo una crítica malsana y sin sentido, que la solución que pudiera ayudar a evitar muchos males.

Cuando somos parte de los problemas, aunque no los hayamos provocado, podemos ser también parte de la solución, pero eso solo sucede si no nos enfocamos en buscar culpables reales o supuestos.

Es verdad que “criticar no es morder”, y ¿cuántas veces no es eso precisamente lo que hacemos cuando lanzamos la crítica porque sí, porque poner sobre el tapete aquello que nos daña es bueno? ¿Entonces en dónde queda ese “noble intento” del que también habla el más iluminado, por eso también tan socorrido, cubano de todos los tiempos? ¿Cómo demostrar que es verdad que queremos quitar “la sombra que oscurece la obra bella”, si no hacemos nada palpable y contundente por lograrlo?

No se trata de que alguien tenga que hacer el trabajo de otro, o soportar su mala gestión, muchas veces eso se consigue mirando adentro de nosotros mismos y encontrando qué podemos hacer mejor, cuándo podemos ofrecer más en aquello que nos toca en nuestra parte del deber.

Si todo cubano de esos que solo culpan al Estado y a los otros, de la cada vez más deteriorada situación epidemiológica que sufrimos, encontrara qué es lo que está haciendo mal, en qué se ha equivocado y cómo pudiera desde su hogar, su familia y su barrio reajustarlo todo; sin dudas que se percibiera una mejoría; porque está muy claro que no son el cierre de fronteras, la suspensión de vuelos y de entrada de turistas, el cierre de escuelas, y un protocolo eficaz en el manejo del virus ni, incluso, algo tan ansiado como la vacunación, lo que nos conducirá a bajar las cifras de contagiados… y de muertes.

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Si aquel que en determinado lugar hace el pan con mala calidad no culpara a la materia prima y a la maquinaria obsoleta, sino que se preguntara qué no está haciendo bien, porque en otros sitios con la misma materia y viejas máquinas se ofrece un pan mejor, encontraría en qué está fallando, qué necesita más de su esfuerzo para que valga la pena realmente lo que hace y no tenga que sentir vergüenza del fruto de su trabajo con el que vive y sostiene su casa y su familia.

Si todo aquel que ofrece un servicio a los otros no estuviera buscando el modo de desangrarle los bolsillos porque “la cosa está mala y todo ahora cuesta 100 veces más” y tratara de encontrar un punto beneficioso para ambos, seguro el descontento fuera menos.

Con exponer que el Estado subió precios en bienes y servicios se creen a salvo, pero no reconocen que el mismo ha reajustado y lo sigue haciendo, escuchando y valorando el reclamo del pueblo; pero los otros no, incluso cuando muchos lo que hacen es revender aquello que el Estado ya le reajustó su precio.

Parece que es cierto que las culpas nunca caen al suelo, y eso es bueno, encontrar a los culpables de un mal puede ser el primer paso hacia lo solución de este, mas no es bueno que esas culpas solo recaigan en los otros y que por tanto sean otros los que se batan por solucionarlo todo para mejorarnos la vida a todos.

Asirnos de la obra de Martí siempre puede salvarnos, en él encontramos muchas respuestas para el bien de su siempre Cuba idolatrada; sin embargo, hacerlo cuando nos conviene imponer nuestro sentir a costa del ajeno, solo demerita una obra, y nunca nos acercará a la verdadera luz.


Comentarios  
# Barbaro Martínez 24-06-2021 13:18
Siempre acepto la crítica, incluso esa que dicen que no es constructiva, y doy hasta las gracias. Proceso el contenido de lo que me dicen, sin importar de quién venga.
Mi opinión es que el mayor responsable de lo que suceda en un territorio lo tienen las autoridades.
Hay que buscar las respuestas a lo que hoy sucede con lo que sucedió " ayer ", en mi opinión muchos de nuestros males han sido producto a no formar ciudadanos bajo el pensamiento del Apóstol, en Martí, está nuestra salvación .

Brmh
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