Otra combinación de palabras debe ganar pronta popularidad cuando en los meses venideros la “recuperación post COVID-19” se adueñe de la ruta productiva en todos los órdenes en el país.
El hecho ya repercute en Ciego de Ávila, una de las regiones más prolíferas en la agricultura cubana, sobre todo en la cosecha de cultivos varios, con énfasis en los trabajos que desempeñan entidades agropecuarias como La Cuba, en Baraguá, Arnaldo Ramírez, perteneciente a Primero de Enero, Cubasoy, ubicada en Venezuela, y El Mambí, cercana a la capital avileña. A ese grupo se suman con honores campesinos, constructores, trabajadores de las minindustrias, los pecuarios y azucareros, que tradicionalmente aportan en la mayoría de los renglones.
A la par de las labores del personal de la salud en su arte para salvar vidas, otro grupo de personas se dedicó en los últimos meses a generar alimentos, no solo para el autoabastecimiento, sino con el fin de suministrar a otros territorios con mayor densidad poblacional y menos tierras cultivables.
Vale recordar que desde esos terruños los avileños recibieron electricidad, combustible, productos importados y de confección nacional, de ahí que la colaboración tiene un elevado carácter de reciprocidad.
Lo cierto es que la COVID-19, a pesar de los peligros que genera, no puede ser motivo para detener actividades vitales en la subsistencia de Cuba, aspecto que se tuvo en cuenta en Ciego de Ávila desde que la pandemia empezó sus azotes, e incluso, desde antes.
A la par de la crisis comercial a nivel mundial, asociada a la COVID-19, Cuba estaba, y está, castigada por otra pandemia, denominada bloqueo, que demora más en erradicarse y obliga a generar recursos con esfuerzos de cada localidad.
Esta situación no sorprende a quienes vivieron la etapa más cruda del Período Especial, a finales del pasado siglo, aunque ahora las condiciones son distintas. Existen carencias, pero hay conocimientos, y si bien perdura la agresividad imperialista, la solidaridad de Cuba sigue abriendo caminos.
La máxima dirección del país ha llamado a su pueblo a generar cuanto esté a su alcance para favorecer el autoabastecimiento, aprovechar las potencialidades de cada entidad, apelar a la sabiduría popular que tantas soluciones ofrece ante dilemas con difíciles soluciones.
Existen expectativas por lo que acontecerá en lo que resta de año en cuanto a la vida socioeconómica del cubano, al que las adversidades no les son ajenas. Claro, ingenio, habilidades y optimismo han de acompañar al imprescindible trabajo en esta etapa post COVID-19, y más allá.
Hace menos de 72 horas publique en seguidores del periódico invasor una iniciativa en la ciudad de Pinar del Río que ha tenido cerca de 200 interacciones y más de 50 comentarios ,en los que la mayoría reflejan el descontento con la no aplicación en el municipio cabecera y si en otros de la provincia.
Hay que desterrar las medidas voluntarista e ineficaces y pegar el oído a la población
Brmh