El desorden no tiene justificación

GráficoPara el 28 de diciembre de 2018, cuando Invasor les ponía apellido a los puercos en Ciego de Ávila y decía que ni criollos ni de raza, sino jíbaros, probablemente 12 toneladas de carne deshuesada ya se estaban echando a perder en el frigorífico.

Lo sabemos ahora que una investigación policial y judicial abrió las cámaras frías y las encontró allí exangües, como corolario de una cadena de negligencias, insensatez, falta de sentido común y desorden. Casi dos años estuvieron allí esas 26 455.5 libras de carne, no dos semanas.

En ese tiempo esta provincia vio cómo de menos de 20.00 pesos en las tarimas estatales, la carne del mamífero nacional “voló” por encima de los 40.00 en el mercado informal, primero, para luego entrar en un período de extinción (en ambos escenarios) que no parece encontrar la luz al final de un túnel, todavía más oscuro a días de hoy.

En ese tiempo, además, los guajiros dijeron una y otra vez que sin comida no se puede criar y cebar animales, pero el país no pudo honrar los compromisos de entrega de piensos porque, puestos a escoger, hubo que priorizar, por ejemplo, la leche en polvo.

Y como las deudas de la Empresa Porcina con los productores no se pesan solo en toneladas de pienso, sino de carne, las 6 800 t de alimento animal dejadas de entregar aquí hicieron cortar de cuajo la tercera parte del plan de carne provincial, dejando los agüeros en zona roja y no precisamente por la COVID-19.

Que el déficit en la producción porcina no sea un problema exclusivamente avileño no es aliciente. Datos ofrecidos por el Ministro de la Agricultura en mayo pasado estiman en unas 77 000 t el débito nacional de piensos, solo en lo que va de año. En consecuencia, 11 528 t de carne nunca llegaron a la mesa del cubano. Como dice el refrán, aquellos polvos trajeron estos lodos.

Por eso duelen aún más esas 12 toneladas “olvidadas”. Es cierto que la cantidad es menos del uno por ciento del plan actual de la provincia, disminuido en un tercio del total como ya dijimos. Pero piense en todas las raciones para hospitales, restaurantes, centros de trabajo o escuelas en que podrían traducirse; piense en lo bien que nos vendría ahora un bistecito a un precio razonable…

A falta de datos precisos estimemos, también, el daño económico para una provincia que en 2019 quedó debiéndole más de 100 millones de pesos a la circulación mercantil; y multipliquemos por 16, 25, 35 o por 40, según el “mercado”; adivinemos los impactos en el desempeño de la Empresa Cárnica de Ciego de Ávila, con un largo historial de problemas en su ejercicio contable.

• No deje de leer: Debajo de las facturas no hay carne ni dinero

La justicia determinará quién o quiénes son responsables de que por un año y medio más de 26 000 libras de carne de cerdo se echaran a perder bajo la mirada de tanta gente. Un hecho como este no deja lecciones, sino sanciones.

No obstante, si quisiéramos sacar un aprendizaje, digamos que el reprochable episodio es un llamado de atención para todas las administraciones con inventarios perecederos: dejar de producir alimentos podría tener muchas explicaciones, dejar que se echen a perder, ninguna. 


Comentarios  
# Daniel Serrano González 18-06-2020 19:21
Y bueno muchas palabras y nada de hechos, una gran explicación de qué no hay comida pero no veo que aclararan ni expusieran al público los nombres de aquellos que de una u otra manera escondieron comida al pueblo trabajador. Estos saldrán en el estelar de las 8pm cómo todos aquellos que son tildados de culpables y sin más ni menos son tirados al público para que juzgue?
Responder | Responder con una citación | Citar
Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar