Razón en parte. Esta frase fue conclusiva de la respuesta ofrecida por la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) en Ciego de Ávila, publicada en esta sección el seis de enero de 2018. Luego, el 29 de agosto de 2020, fue parte del título (Razón en parte ¿la solución también?) a partir de la queja reiterada del avileño Félix Piñeiro Betancourt, en relación con sus insatisfacciones con la gestión de la DMV.
Piñeiro Betancourt, residente en Ampliación de Primera, No. 1052, entre Pasaje D y E, en el reparto Ortiz, de la ciudad cabecera, refería en su carta: “Recordemos que el caso en cuestión se refiere a la vivienda ubicada en la citada dirección, de propiedad, la cual se dio por terminada en 2011 y desde 2013 reclamo el completamiento de elementos de obra para su terminación (…).
“(…) la Dirección Municipal de la Vivienda no ha cumplido con la entrega de la manta granulada y la tinta, la cual durante 2019 no estaba entrando al país, según explicación brindada en el Departamento de Atención a la población.
“En visita efectuada el 26 de junio de 2020, en el Departamento de Atención a la población, y en posterior conversación con el inversionista de la entidad, me comunican que la manta no entrará más al país, y que la solución es poner manta asfáltica (…)”.
En su misiva, el remitente preguntaba “¿Cómo es posible que en el lapso de 2017-2020, en Ortiz se han terminado tres edificios y se les ha puesto manta granulada, en tanto mi situación se mantiene, teniendo presente que el número de mi móvil está en la entidad, en Rehabilitación, y no se me haya llamado? ¿Se le ha dado seguimiento a mi planteamiento por los directivos desde el primer momento? Para mayor conocimiento, se le hizo saber al inversionista el nivel de deterioro del interior de las paredes y el techo de mi vivienda”.
Ahora confirma el remitente: “(…) hasta la fecha no se ha producido una visita al inmueble que demuestre el nivel de importancia o interés de esa dependencia ante las innumerables quejas por los trabajos inconclusos”.
Son los párrafos que siguen, también, parte de la publicación de agosto de 2020.
“Llama la atención de este redactor, y con seguridad la de quien ahora lee, el recorrido que ha hecho este caso en los últimos siete años (ya ocho) desde que Piñeiro Betancourt comenzó sus reclamos. También su publicación en esta sección desde 2016, con respuestas que pudieran interpretarse como evasivas si se tiene en cuenta que, a pesar de otorgarle la razón en parte, ninguna ha sido resolutiva como se necesita.
“Resulta obvio el descontento del reclamante al concluir su carta con otras dos interrogantes: ¿Quién se responsabiliza con los daños colaterales? ¿Con estos argumentos tendré razón en parte o la vivienda dará una solución también en parte?”
Preguntas que hoy lo dejan a él, y a mí, en zona de dudas: Si no ha habido solución ni en parte, para qué otorgarle una porción de la razón que no resolvería su caso. Y en retrospectiva: ¿Cómo adjudicarse el derecho de dar por terminada una vivienda (lo hicieron en 2011) siendo esto, obviamente, una violación?