¡Le faltan 10 años!

Se dice fácil: 10 años. Pero 10 años equivalen a unos 3 650 días. Y ese número es más grande, incluso, a la vista. Mayor aún si se trata de días vinculado a un centro de trabajo. Y peor si, así como así, por arte de magia (irresponsabilidad), desaparecen de tu hoja de servicios y, al final de la vida laboral, se convierten en una pesadilla.

Exactamente en eso, en un sueño del que uno quiere despertar rápido para pasar el susto, y el susto amenaza con desvelarte toda la noche, se ha tornado el momento de la jubilación para Dinora Hernández Fernández, residente en el poblado de Enrique Varona (Falla). Y lo cuenta en su carta.

“En estos momentos tengo 64 años de edad y con problemas de salud que no permiten ser una persona laboralmente activa. Mi consuelo era mi retiro ya que trabajé durante 27 años en el sector de la Educación en el municipio de Chambas, como auxiliar de limpieza.

“Sucedió que, a la hora de retirarme, me faltan 10 años de trabajo, los cuales transcurrieron en el Círculo Infantil en Chambas. He presentado mi situación en la Dirección Municipal de Educación (DME), la Fiscalía, la Dirección de Trabajo, la Oficina Nacional de Administración Tributaria y el Bufete Colectivo del territorio, sin respuesta alguna.

“Cuando acudí a la DME hicieron una búsqueda de mi Expediente, pero no encontraron nada de esa época. Allí me recomendaron que me dirigiera a la Dirección de Trabajo, y ahí me mandaron otra vez para la DME. Puse una queja en la Fiscalía Municipal y ellos indicaron, de nuevo, la búsqueda de mi Expediente a la DME, y nada.

“Resulta que me dicen que en los años ´70 y ´80 no había tarjeta SNC 2-25, que es donde se controla el salario del trabajador año por año.

“Tengo testigos de ese tiempo, personas que trabajaron conmigo en el Círculo Infantil, y en Educación me comunicaron que eso no tiene ninguna validez legal, por lo cual me faltan 10 años de trabajo para poder jubilarme, algo para lo que ya no tengo salud. ¿Cómo es posible que algo así le suceda a alguien que trabajó tan duro como yo? No creo que yo deba convertirme en una carga para mi familia luego de tanto esfuerzo."

Dinora lleva ya cuatro años en este litigio. Que también 1 460 días es mucho tiempo para gastarlo exigiendo lo que puede probar que le pertenece.

Piensa este redactor como el cineasta sueco Ingmar Bergman: “Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”; por tanto, confía en que este caso tenga solución pronto (que ya está demorado); al cabo, y no al fin, no es la remitente la responsable del extravío de su documentación; y sí merece una vejez tranquila, pagada por el esfuerzo de sus años de trabajo.

Ojalá el buzón de Cartas Abiertas reciba la contestación de las entidades chamberas implicadas, con la respuesta acertada y justa. Porque como dije al principio: 10 años, se dice fácil. Solo se dice.


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