En puntos de embarque avileños, viajeros a sus destinos

Vivimos una difícil etapa para viajar. A pesar de las circunstancias, en el municipio de Ciego de Ávila se busca eficacia en el traslado de pasajeros, con el apoyo de vehículos estatales.

Varios expertos del transporte en la provincia coinciden en que el transporte mediante los puntos de embarque no tributa grandes dividendos a la economía, pero sí le aporta a quienes requieren trasladarse.

El viajero Rafael Naranjo Tamayo lo confirma: “Vivo en Florida y viajo cada 15 días o un mes por ‘los Amarillos’, y aquí, en la salida de Ciego de Ávila para Camagüey, el trato es especial. Por lo general me voy muy rápido”.

No siempre ha sido así, según declaraciones del inspector Humberto Martínez Ruiz, quien lleva poco tiempo en la actividad y le satisface que los conductores se detengan y cooperen, algo que no siempre ocurre.

“Me molesta mucho la arrogancia de algunos choferes que en ocasiones no paran.  Cuando siguen de largo les tomamos la chapa y el rótulo, lo informamos, y les cuesta caro en sus centros de trabajo. Eso nos golpeaba más antes que ahora”, afirma Martínez.

Si has viajado por los puntos de embarque del municipio de #CiegodeAvila quizás conozcas a Morgan, uno de los...

Posted by Rigoberto Triana Martínez on Tuesday, December 8, 2020


Pedro Idael Meneses Núñez encabeza la Unidad Básica Económica de Transporte (UBET) en el municipio cabecera, y relata que los choferes estatales renuentes a colaborar tienen pocos chances de pasar inadvertidos.

“Los inspectores fueron adiestrados en el conocimiento de los rótulos de las empresas y la captación de las matrículas de autos en marcha. Incluso, hicimos competencias para comprobar las habilidades adquiridas”, afirmó el directivo.

TransporteYudiesvy Álvarez Silverio, el mejor trabajador de la UBET

Uno de los concursantes con mejores resultados en esas pruebas resultó Yudiesvy Álvarez Silverio, de 28 años, y con resultados integrales que lo condujeron a la categoría de mejor trabajador en la Dirección Municipal de Transporte el pasado año.

No fue fácil esa selección entre varios colegas con prestigio y resultados, pero quienes han visto su desempeño aseguran que la decisión fue justa, porque el muchacho, a sus funciones habituales, suma la disposición para asumir, cuando sea necesario, como chofer sustituto, albañil, pintor..., en fin, es multifacético.

“De mi trabajo me gusta apoyar en lo que sea, pero no todo es bueno. Los inspectores nos enfrentamos a ofensas del público y discusiones con los choferes”, asegura el joven, sin quitar la vista de la carretera que enlaza a la capital avileña con Ceballos.

El diálogo se trunca con la llegada de un vehículo, la solicitud de orden en la cola, más los actos que indican los protocolos higiénico-sanitarios, o sea, avanzar por el paso podálico y echar desinfectante en las manos de los viajeros.

Así se mantienen los inspectores, durante casi toda la semana. A Nelson Drago Rodríguez no hay quien le haga un cuento sobre esta actividad, con sus 12 años de experiencia. Esta vez lo encontramos en el punto aledaño a la unidad gastronómica El Piñacito, correspondiente a la salida para Morón.

“Trabajamos de 7:00 de la mañana a 7:00 de la noche, en turnos de 12 horas, y descansamos el siguiente día. En mi caso, por estos días, cuando termino aquí, cono norma debo entregar en la empresa 123.00 pesos, cifra que puede variar, en dependencia de las circunstancias”, refiere Nelson.

Su punto de embarque es de los más concurridos, pero, a pesar de la cantidad de personas, cuando los autos recogen viajeros, todo funciona mejor.

Poco antes de que partiera, Milagros Márquez Estenoz dijo a Invasor que pasa menos trabajo para embarcarse desde Ciego de Ávila que al regresar de Morón.

Como inconformidad, expresó que una parte de los viajeros no mantiene el adecuado distanciamiento, por lo cual piensa que “deberían exigirles un poquito más; mira como están ahí, apilados”.

En el orden profesional, esta experiencia le aporta satisfacciones a Meneses Núñez, director de la UBET, aunque el aporte económico hasta el cierre de septiembre apenas llegó a 101 941.50 pesos recaudados, con una cifra estimada en un millón 54 543 pasajeros transportados.

“Vale recordar que por la COVID-19 hemos dejado de prestar nuestros servicios; sin embargo, considero que ese es el dinero más noble que ingresamos a la economía, porque lo primero que nos atañe es hacer que las personas lleguen a sus destinos.”

 • Entre septiembre y diciembre del pasado año, por la carencia de combustible incrementada debido a las restricciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos a los suministros de hidrocarburos, los puntos de embarque desempeñaron un papel clave para facilitar el traslado del pueblo.
• La solidaridad se extendió hasta los choferes de autos particulares y de motos, que de forma voluntaria se sumaron a la recogida de viajeros.
• Esta variante asegura un óptimo aprovechamiento de los medios estatales de transporte y facilita el acceso a comunidades a donde el transporte público llega con muchas limitaciones.
• El municipio cabecera cuenta con puntos de embarque en sus principales salidas, también en la Universidad Máximo Gómez y en los poblados de Ceballos y Jicotea, aunque sería oportuno valorar otras localidades con mucha afluencia como Guillet, Santo Tomás, Nueve de Abril, Vicente y la Loma de la Carolina.
 

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