En el parte diario, de un cierre para otro, el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap), empezó por las malas noticias: los fallecimientos, cifra que ha ido creciendo a cuentagotas, mientras en otros países —como Estados Unidos— en un día suelen morir miles de personas. En más de 11 millones de cubanos, como dijera a un amigo, hay cientos que podrían contagiarse y morir, ¡pero no!
Jamás ha sido ese un número como para darnos “brillo en el ombligo”, pero ¿qué representan 69 lamentables decesos ante el acumulado de 243 312 entre 184 naciones del orbe con presencia del virus?
¿Qué son 69 defunciones al lado de 83 135 en la región de las América? ¿Qué figuran hasta cinco muertes como máximo en un día en Cuba, cuando en una jornada en el mundo perecen más de 4 800 y en nuestro continente se superan los 2 400? Son estadísticas que, de forma general, prueban las inequidades sanitarias que sufrimos como planeta y, a su vez, nos colocan en el lugar que 60 años de Revolución ha reservado para sus hijos.
Si interpretamos el gráfico anterior, apreciamos que en las primeras dos semanas falleció una sola persona y, en 54 días, los 69 individuos reportados hasta el momento.
Otro indicador que ha despertado el interés de las autoridades sanitarias cubanas y de la propia población son las altas médicas, pues en ocho de los últimos 14 días (21 de abril al 3 de mayo) ha sido superior el número de altas que el de confirmados. Incluso, se acumulan en igual periodo 581 confirmados y 591 altas.
Si seleccionamos, además, un mes de reportes (3 de abril al 3 de mayo) de casos asintomáticos, conoceremos que, como insiste Francisco Durán, puede tener una carga viral transmisible cualquiera que ande por la calle.
Por último, es importante referirse a los 176 enfermos en edades pediátricas (hasta los 18 años), de los cuales 90 fueron dados de alta y el resto evoluciona satisfactoriamente. Permanecer con la guardia en alto es el llamado del director nacional de Epidemiología del Minsap.
• Hace un mes esta cifra se mostraba muy diferente
En Cuba, actualmente, el grupo etario más afectado es el de 50 a 59 años, con 340 casos. Al mismo tiempo, hasta los 29 años se acumulan 469 positivos. Y, por encima de las tendencias y teorías de un virus impredecible, la Isla suma 390 enfermos con 60 o más años.
Según los datos expuestos, la guerra contra el coronavirus continúa y mucho depende la fecha de la victoria —también impredecible— de la conciencia ciudadana y de la percepción de riesgo de la población. Los números, las barras, los gráficos, no son más que consecuencia de nuestros actos.
Cualitativa y cuantitativamente, la vida de los cubanos obedece a la disciplina, frente a un enemigo que tira a matar, aunque, por suerte, ahora tiene más bajas que nuestro invencible pueblo. Seamos proactivos.
Nuestro lado débil es la falta de persepcion de riesgo.
Es necesario crear campañas de comunicación de carácter científico para los diferentes eventos de catástrofe que podamos enfrentar.
Usar un lenguaje militar para abordar esta pandemia es infantil.
Brmh