No existen suficientes evidencias de que un muerto por COVID-19 transmita el virus, y los debates en torno a este aspecto continúan en la comunidad científica, pero sí se aconseja tomar precauciones durante su manejo. Por eso, Ciego de Ávila, con dos decesos por la pandemia, aplica una serie de medidas en sus servicios necrológicos.
• Invasor había planteado el tema antes, pero el coronavirus obliga a un constante revisionismo.
Yudenia Valdés, subdirectora de Higiene y Tecnología de Servicios Comunales, en Ciego de Ávila, reconoce que, “ciertamente, es un tema bien complejo y novedoso para nuestro país”.
Los servicios necrológicos que ofrece Comunales están diseñados a partir de protocolos que el Ministerio de Salud Pública orientó para todas las provincias, en los que aparecen una serie de requisitos para el manejo de quienes fallecen por causa de la COVID-19 en una institución hospitalaria.
Sucede que donde lamentablemente muere el paciente, se inicia un trayecto complejo en su manipulación que concluye en el cementerio. “Ese cadáver llega a nuestras manos —o sea, a Servicios Comunales— en un ataúd bien sellado, que se confecciona en la fábrica de ataúdes del municipio de Morón, y sale del centro de salud, además, dentro de una bolsa plástica”.
Según la subdirectora, “el protocolo determina que ni los carreros, ni el personal de funeraria y cementerio, corren riesgo alguno a la hora de manipular el féretro”.
Al mismo tiempo, “sí dice que el velatorio de los difuntos por COVID-19 es por dos horas, en una capilla lo mejor ventilada posible, con el debido distanciamiento y un número no mayor de cuatro personas por muerto”.
Después de que la institución hospitalaria prepara el cadáver, “ese ataúd no se abre más, o sea, permanece sellado durante todo el proceso velatorio (de dos horas) en funeraria, no en domicilio. Se lleva luego al cementerio y se puede colocar en una gaveta normalmente, nada de fosa ni enterramiento a grandes profundidades. Sí se extiende la exhumación del cadáver hasta que hayan transcurrido tres años, en vez de lo habitual, que es a los dos años y un día”.
No obstante, se recomienda la incineración del difunto, establecida también en protocolos. Para ello, la provincia, durante 24 horas, brinda ese servicio. “Con las cenizas no se corre peligro alguno de contagio. Se lleva al cementerio y no se vela en este caso, para evitar las aglomeraciones.”
Teniendo en cuenta que Ciego de Ávila alista el Hospital Docente Roberto Rodríguez, de Morón, para atender los positivos a la pandemia, con 286 camas y previsto a abrirse al combate para este fin de semana, Servicios Comunales confecciona ataúdes exclusivos y prepara un carro fúnebre (de los tres que existen) diseñado para estos procederes en ese propio municipio.
Por su parte, Luis Alberto Pérez Olivares, director provincial de Servicios Comunales, informó sobre 11 medidas, temporales y de carácter general, que deben cumplirse en el sector; en tanto, convocó a la población a ser consecuente y comprensiva, dados los cambios en ciertas costumbres referentes a los velorios.
“Se suspenden los velatorios en domicilios, excepto en aquellos lugares donde no exista funeraria, aunque, en el caso de Ciego de Ávila, todos los municipios tienen presencia de estas. Se deben realizar, además, evitando la multitud en el lugar de exposición, cumpliendo con la distancia, el uso del nasobuco, el empleo de soluciones cloradas y desinfección del local. En las capillas, se reitera, deben permanecer solo tres o cuatro personas”.
Precisó que “son dos horas para todo tipo de deceso, a partir de la llegada del fallecido a la funeraria. Para eso, se extiende el horario de cierre de los cementerios hasta las 6:30 de la tarde y, de llegar después de esa hora, se enterraría al otro día por la mañana”.
Al referirse a las localidades en cuarentena, dijo que el que fallezca allí, acompañado de su familia, va directamente al enterramiento. No se acepta ritual alguno.
“El familiar define la cremación, pero, de hacerse, tampoco se puede ir a velarlo a la casa y se mantiene el cobro de ese servicio”, insistió Pérez Olivares.
Asimismo, “está prohibida la conservación transitoria, es decir, guardar en refrigeración los cuerpos en espera de familiares para el velatorio”.
“El acceso de los cementerios es solo para enterramientos y exhumaciones, y sin muchas personas”.
Finalmente, anunció que se prescinde del traslado interprovincial de cadáveres, aunque existen dos posibilidades para su tratamiento: incinerarse en Ciego de Ávila y poder llevar las cenizas en ómnibus o enterrarse en el territorio provincial y luego del tiempo establecido realizar la exhumación. “Hay que entender que el traslado de una provincia a otra es riesgo que se corre. Si se trata de un fallecido a remitir fuera del país, eso es potestad de las líneas aéreas”.
Pese a que no se tenga certeza de que el coronavirus pueda trasmitirse desde un muerto por COVID-19, la Organización Mundial de la Salud aconseja una “gran precaución” porque se desconoce mucho sobre el patógeno. Recomienda que quienes estén en contacto con los difuntos usen equipo de protección, personal completo, incluidos guantes y máscaras.