Que la provincia de Ciego de Ávila no reportara casos positivos a la COVID-19 este viernes es uno de los efectos de las rigurosas medidas adoptadas en este territorio para disminuir las cifras que el rebrote de la enfermedad trajo a los avileños.
La disminución de la movilidad del personal, el cumplimiento del distanciamiento, la correcta higienización de las manos, el cese de los servicios gastronómicos en las instalaciones y las facilidades que trajeron consigo el trabajo a distancia y el teletrabajo fueron algunas de las prevenciones necesarias para evitar que la provincia se mantuviera por mucho tiempo en la cola de pandemia en el país.
Sin embargo, hasta la fecha se mantienen ingresados en los hospitales de Camagüey 193 pacientes avileños reportados de cuidado; 347 están bajo vigilancia en la atención primaria de salud; se procesan 630 muestras en los laboratorios de Villa Clara y el municipio de Morón y la tierra de la piña llega a 14 días consecutivos sin lamentar la pérdida de vidas humanas.
A ello, se suman el posible cierre de los eventos de transmisión en el Hospital General Docente Antonio Luaces Iraola, en Venezuela y Morón, según informó el Doctor Osvaldo Ibáñez González, director provincial de salud en revista especial de la Televisión Avileña.
El pero en las noticias halagüeñas lo ponen el aumento de contagios en las tres comunidades de la cabecera que aun representan riesgo: La Piñera, el Vivero de Café (ambas en el área Sur, la más afectada) y el 9 de abril.
Los rangos de edades más perjudicados en las últimas jornadas se concentran entre los 40 y 59 años, por lo que, si al inicio de la enfermedad en Cuba los adultos mayores eran los de mayor riesgo, los nuevos infectados demuestran que el coronavirus no entiende de calendarios.
Casi 4 000 avileños recibieron las dosis del nazalferón y 2 800 fueron vacunados con la biomodulina T, en un intento por priorizar los cinco Consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia con mayor complejidad y, dentro de ellos, a los grupos vulnerables, dijo Ibáñez González.
Respecto a la situación higiénico-sanitaria, Ciego de Ávila transita por la fase de transmisión autóctona limitada, al igual que la aledaña provincia de Santi Spíritus, no obstante, Tomás Alexis Martín Venegas, vicepresidente del Consejo Provincial de Defensa (CPD), insistió sobre la necesidad de que el curso escolar 2019-2020 culmine en el mes de noviembre para dar paso al próximo período lectivo.
Por lo pronto, las autoridades avileñas se enfocan en cerrar los centros de aislamiento sin pacientes debido a la disminución de casos positivos, en el control de coleros, revendedores y acaparadores y en reiniciar el programa de reparación y mantenimiento de viviendas, previendo el acercamiento de la provincia a las fases de recuperación post-pandemia.
Que para Carlos Luis Garrido Pérez Ciego de Ávila esté en el peor momento del rebrote no es pura casualidad. Como presidente del CPD se ha mantenido al tanto de los focos del virus, sobre todo los detectados en La Piñera, donde residen más de 2 200 habitantes, aunque consejos populares localizados en otras áreas lejanas a esta como Indalecio Montejo y Vista Alegre también sumaron dígitos a los números de la COVID-19.
Son esas razones suficientes para que la pesquisa activa, la apertura de consultas para atender infecciones respiratorias, la inspección sanitaria estatal, además de los elementos para la desinfección de las manos en los locales, constituyan el ABC para el futuro de los avileños, según Garrido Pérez.
Porque “cuando hay descuidos, irresponsabilidad, indisciplina, incumplimiento de las medidas, estaremos en peligro”, una frase conclusiva del dirigente para advertirnos sobre cuáles han de ser nuestras premisas para conservar lo más valioso: la vida.