Mindfulness vs. COVID-19, o cómo tratar una neurosis colectiva

Cuando una pandemia toma por asalto al mundo, revoluciona las rutinas y provoca el miedo, lo normal es que también tome por asalto los temas de conversación, y sorprenda lo rápido que las fiebres, PCR, sospechas y la jerga de la epidemiología se vuelven parte de la vida cotidiana.

Para seguir viviendo a salvo, a veces hay que correr, con las cargas que en estos tiempos pesan más: repasar a los niños, hacer mandados, cuidar ancianos, trabajar y proveer. Sucede que, en el esfuerzo por mantener un ritmo de vida que se asemeje a la normalidad, a menudo se descuida el recurso más valioso con el que se cuenta: la salud mental.

Y a popósito de eso es que Danis Rodríguez Ceballos, jefe del Grupo Provincial de Psicología de la salud en Ciego de Ávila, dedicó sus esfuerzos durante los meses más duros en la guerra de la provincia contra el virus a encontrar la respuesta en el mindfulness, corriente de la tercera generación de la terapia cognitivo-conductual.

El trabalenguas se traduce en el buen trabajo de los profesionales de la psicología avileña, que recientemente fue expuesto en el evento científico Psicoávila, que finalizó el pasado 18 de diciembre.

La infancia y la familia en cuarentena

Para ello, los psicólogos avileños no fueron a parar solo a una Zona Roja, sino que grabaron mensajes para los niños, conversaron a diario con ancianos afligidos por la soledad y aliviaron los miedos silenciosos del personal de Salud.

Lea al respecto en Invasor.

“Es un resultado práctico, porque lo estuvimos implementando durante la pandemia con adolescentes y personas con trastornos de ansiedad generalizada, utilizando la comunicación digital, y la instrucción en técnicas relacionadas con el mindfulness a través de la Televisión Avileña. A partir de sus excelentes resultados, en esta etapa de Nueva Normalidad vamos a capacitar al personal de salud mental y a implementar la terapia en grupos más grandes en otros municipios.”

SicologíaOtros estudios interesantes fueron dados a conocer durante el evento, asegura Danis. Cortesía del entrevistado

A Danis Rodríguez Invasor le pregunta acerca de las principales manifestaciones de trastornos psicopatológicos sufridos por la población avileña durante el difícil período vivido, cargado de cuarentenas, alto costo de la vida, contagios, restricción de movimiento y otros focos de estrés.

“Es arriesgado hablar de trastornos mentales generados o motivados por la pandemia —explica—-, pero sí podemos hablar de rasgos presentes en la población: ansiedad, depresión, trastornos del sueño y hábitos alimenticios, aumento en tendencias de consumo y adicción al tabaco y al uso del teléfono, los conflictos familiares. La desestructuración de estilos de vida es una patología compleja. Hoy, incluso, hablamos de una neurosis colectiva. O sea, las personas están muy nerviosas, y con la característica común de estar apuradas.”

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A todo esto, los profesionales avileños encontraron en el mindfulness una respuesta. Se trata de un modelo terapéutico que, según Danis, aspira a que, mediante la meditación, la persona sea capaz de vivir el tiempo presente, a través de ejercicios que permitan que el pasado y el futuro fuera de control no sean motivo de perjuicio a la salud mental.

Es un concepto novedoso en nuestro país, donde inicialmente se utilizó para el trabajo con adictos, y hoy Ciego de Ávila es pionera en extender sus beneficios a otros grupos sociales.

“El mayor objetivo es poder utilizarlo en los efectos psicológicos que ha traído la pandemia y para otros problemas de la vida diaria.”

Otra de sus fortalezas puede estar en la promoción de salud. La pandemia debe haber enseñado a muchas personas que necesitar terapia o apoyo psicológico no significa estar enfermos, sino que es una respuesta saludable cuando se trata de lidiar con fenómenos que provocan incertidumbre o aflicción. Quienes lleguen hasta una consulta avileña, al Centro de Promoción de Salud, o acudan a la línea telefónica 103, de apoyo, tendrán la certeza de estar en buenas manos.


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