Científicos y productores de Ciego de Ávila estudian en el campo cuatro variedades de piña, con el objetivo de evaluar el comportamiento morfofisiológico de ellas y sus hijos para crecer en áreas sembradas de esta apetecida fruta.
• Ciencia para el rescate de la piña en Ciego de Ávila.
Romelio Rodríguez Sánchez, especialista de tecnología, ciencia e innovación en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Piña, de la Empresa Agroindustrial Ceballos, informó que en 2019 plantaron 6 600 vitroplantas de la variedad champaka-153.
A esas semillas básicas, provenientes del Centro de Bioplantas de la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez, se les indujo la floración a los nueve meses y recogimos los frutos a los 14, con peso de más de dos kilogramos cada uno, dulces, de color blanco y resistentes a los hongos del suelo, explicó Rodríguez Sánchez.
"Los frutos agámicos, que en total recolectamos 50 000, fueron sembrados con cobertura plástica con el propósito de realizarle, a los siete meses de plantados, un decapitado a la yema apical para inducir brotaciones de hijos, método que busca acortar el tiempo de parición y así fomentar nuevas áreas lo más rápido posible."
Añadió el especialista que la manta plástica permite eliminar el uso de herbicidas, mantener la humedad del suelo y los microorganismos que estimulan el crecimiento de la planta, y reducir la cantidad de fertilizantes nitrogenados a emplear entre un 25 y 30 por cientos.
Vale precisar que la Shampakaf-153 no se induce naturalmente, como sí lo hace la variedad MD-2, de la cual la UEB avileña tiene cubiertas 80 hectáreas, cuyos destinos son sustitución de importaciones en el turismo, la exportación, ventas a Cubakatering y la industria.
La tecnología Malla Sarán Negro, muy usada en México, se prueba en vitroplantas de la MD-2, desde los cuatro meses de sembrada hasta el momento de recoger los frutos, pues ese tipo de tejido mantiene la temperatura homogénea, propicia un crecimiento constante y parejo, y evita los daños que el sol pueda ocasionarles.
Otras variedades que se estudian en los suelos ferralíticos rojos compactados, pertenecientes a la UEB, son la Pérola-—nueva en Cuba— y la Cayena Lisa Brasileña.
Daniel Valdés Leiva, técnico de la entidad que cursa por encuentros la carrera de Agronomía, es uno de los jóvenes encargados de las investigaciones, que forman parte de un proyecto de diversificación de variedades de piña en la Empresa Agroindustrial Ceballos de conjunto con el Centro de Bioplantas.
Esperamos que los resultados sean los esperados, porque los experimentos cuentan con todos los recursos necesarios, tanto los empleados en el campo como los de los laboratorios, y las técnicas se aplican en el momento que las llevan, detalló Valdés Leiva.
De no existir contratiempos en este empeño, las áreas en estudio —hoy solo tres hectáreas— se multiplicarán para aumentar las producciones de una fruta que llegó a distinguir a la provincia de Ciego de Ávila.