Malena, la música en la radio y viceversa

En el aniversario 71 de Radio Surco, Invasor se complace en conversar con una de las profesionales que prestigia la emisora: Malena Corcho Vergara

Malena lleva la música por dentro, como esos árboles que terminaron siendo guitarra. Saltaba de sus conciertos al tabloncillo de un teatro (como asesora musical). Saltaba del teatro a la cabina de Radio Surco. “Profesionalmente yo estaba complicada —confiesa—. Pero yo vivía feliz, para mí aquello era la vida”.

Y poco a poco este último pedacito le fue ocupando cada vez más tiempo, cada vez más pasión y exigencia, porque sus criterios estéticos la acompañan siempre, aunque ella quiera a veces dejarlos en el bolso.

“Un director de radio —dice y se exige— debe organizar los elementos que componen el lenguaje radial, música, efecto, silencio y palabra, con la intención de contar algo, y que eso sea armónicamente bello”.

Para llegar a esta conclusión, sí, tuvo que pasar por cursos de habilitación y evaluaciones que, finalmente, la confirmaron de primer nivel; pero bien que lo supo siempre: hay que tener qué decir.

“El hecho de ser músico me ayuda en la radio, claro. Me ayuda en muchas esferas de mi vida, en lo que tú no te puedas imaginar. Y a veces es al revés. Por ejemplo, la radio me sirvió muchísimo para la música que yo hacía para teatro, no solo componerla, sino ponerla, que sonara en escena”. Y esa sinergia entre música, radio y teatro le ha valido en este último medio, y en radio, varios premios y mucha alegría.

Administrando milimétricamente su tiempo, ha podido recibir cursos de realización de sonido, asesoría, escritura, actuación, dirección. “Ahora los cursos son emergentes, dos o tres meses y ya estás en la radio. Los que pasé fueron de año o año y medio, con tres encuentros a la semana, de noche, bien exigentes y bien sacrificados”.

Si pudieras escoger el programa que quieres hacer ahora mismo, ¿cómo sería?

—¿Qué me gustaría? ¡Caramba!, hacer el programa que hoy no hago. Aquellos que ya hice, con los que tantos premios obtuve, por los que la gente me llamaba, como se hacía radio entonces... Y eso que no considero que mis programas puedan ser de los más populares.

Sin embargo, el Música de concierto, que ya no dirige, calaba en su público objetivo. “¿Por qué no hablas de tal compositor? ¿O de tal música? ¿O de tal estilo?”, la interpelaban. Y luego, la revista cultural Matices, que es uno de los que ahora le quita el sueño.

“Es difícil”, asegura, porque el público no es el más amplio, pero es exigente. “Yo trato de poner música que distinga que es una revista cultural. No quiere decir que no ponga reguetón porque sea malo per se, sino que cuando lo hago es en función del tema y no por ganar escuchas”.

Luego, explica, suele hacerse bastante difícil convocar a los propios artistas, a veces por la lejanía, o porque no les interesa ese tipo de promoción. “Pero es así, se me hace muy difícil hacer la revista cultural, porque no depende solo de mí; o al menos la revista que yo quisiera hacer”.

De esas sorpresas que da la vida es el disfrute que Malena confiesa sentir dirigiendo el programa campesino. Es de los que se escuchan mucho, su audiencia llama, va a las grabaciones... “Nos divertimos como no te imaginas con mis guajiros, mis poetas y Enrique, el locutor”.

—¿Cómo valoras la programación musical en la radio cubana en general?

—Pienso que nos hemos acostumbrado a poner lo que pega, lo que está de moda, lo comercial, lo que la gente pide... Y yo soy del criterio de que la gente pide según lo que tú le pongas. Me parece que en eso pecamos. ¿Dónde está el análisis, la investigación científica que dice qué es lo que le gusta a la gente?

En Radio Surco, y este análisis lo hace motivada por Invasor, su satisfacción está en que la programación musical está bien caracterizada y balanceada.

Discoteca en las tardes, variados todos los días, música de concierto los domingos, música cubana también los domingos, el campesino y el mexicano, que son más específicos...

“¿Retos? Potenciar la música cubana. Yo soy acérrima defensora de lo nuestro. Siempre insisto, ‘caballero, más música cubana’ o ‘caballero, mi sobrina de 25 años lo único que escucha es esto’. Siempre”.

Malena nunca pensó en hacer radio. Llegó por casualidad, ya graduada como instrumentista, fundadora de lo que es ahora Corávila, haciendo mucha música, siendo profesora... Pero quizás el destino era elocuente ya, y ella, con ese oído privilegiado, lo supo escuchar.

“Lo que sí he sido toda mi vida, desde muy niña, es fanática a escuchar radio”. Y todavía.


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