Por suerte, los tiempos en que sobre esta práctica caían toneladas de prejuicios, resquemores, sospechas e intolerancia han quedado en el pasado
Yo no sé si cuando Octavio Paz decía No te importe tanta pequeña cicatriz luminosa: mira al cielo y su verde tatuaje de estrellas, hablaba solo de la tinta verde de jardines y paisajes cayendo sobre la piel blanca de la amada, era solo una metáfora preciosa con sensualidad desbordada y la posibilidad de un encuentro amoroso en la oscuridad de la noche, o si echaba mano, también, de la idea del “para siempre” que suele acompañar a estas marcas indelebles.
En última instancia, la eternidad del dibujo completa la idea del poeta de un amor que no haga caso del tiempo y sus cicatrices, sino que, como árbol renovado, ya sea sobre la tierra o sobre la piel, se muestre frondoso ante la mirada, incluso, de los demás.
Creo que un poco de eso busca la gente que entinta su cuerpo. Frente a la caducidad de ciertas cosas, entre ellas la vida misma o la tersura de la tez, anteponen trazos y formas de tintas coloridas, acaso mementos para los demás y hasta para ellos mismos.
Unos persiguen un ideal estético, otros enmascarar algunas huellas, los más siguen la moda y para no pocos un tatuaje es un recordatorio, de alegría o de dolor, como si la felicidad o la tragedia se pudieran olvidar después de haberlas vivido.
Por suerte, los tiempos en que sobre esta práctica caían toneladas de prejuicios, resquemores, sospechas e intolerancia han quedado en el pasado. Hoy es posible, incluso, organizar convenciones en espacios públicos para que confluyan tatuadores, tatuados y chorros de tinta indeleble.
Hoy los tatuadores son considerados artistas
Importante realizar todos los procedimientos con la mayor higiene y el instrumental nuevo o esterilizado
No siempre los tatuajes son tan “trascendentales”
Los tintes más populares están compuestos por dióxido de titanio, sulfato de bario y óxido de hierro
¿Cualquier parte del cuerpo puede tatuarse?
Solo buenas vibras
Buen pulso, para no errar el trazo
Hay quien llega con el dibujo que quiere en el celular
Sí, sí duele un poquito