Hizo falta poco tiempo para que Jardines del Rey se convirtiera en algo más que sol y playa a los ojos de quienes vacacionaban aquí. De pronto, más que la arena blanca y el calor del trópico, miles de turistas buscaron eso que certifica el Premio Excelencia otorgado a Cuba en la Feria Internacional de Turismo Fitur 2018: la seguridad.
Todo cambió en un día, cuando el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, anunció en televisión nacional la regulación de entrada y salida de personas al país, con la salvedad de que las aerolíneas y turoperadoras contaban con tres días para el retorno seguro de los visitantes extranjeros.
Casi 20 días después, las fronteras cubanas aún resguardan a 5 673 turistas, en un contexto que se promete difícil para la recuperación de ese sector a nivel internacional.
La pandemia causada por el nuevo coronavirus que, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), debe costarle entre 300 000 y 450 000 millones de dólares al turismo mundial, es una clara amenaza para la meta fijada en Cuba de recibir a 4.5 millones de turistas este año.
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La estimación adquiere fuerza si se repasan los principales países desde los que arriban los clientes a Jardines del Rey: Canadá (el 80 por ciento), Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Rusia, Polonia y Argentina, que suman 90 000 casos confirmados entre todos.
Cantidad de casos confirmados por países
Y es que el movimiento de turistas a nivel mundial debe decrecer como no sucedía desde la crisis económica de 2009, al punto de retroceder cinco años en el crecimiento sostenido con un 20 o 30 por ciento menos de llegada de visitantes a los destinos habituales.
Proyección del movimiento de turistas a nivel mundial. Gráfico elaborado por la Organización Mundial del Turismo
Si la cifra proyectada por la Organización Mundial del Turismo se pudiera aplicar a Cuba, representaría la llegada de un poco más de tres millones de turistas, que, otra vez, coinciden con el total reportado en la Isla cinco años atrás.
Arribo de clientes a Cuba en los últimos años. Gráfico elaborado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información
Esto, para un sector que funciona como "locomotora", que demanda materias primas de otros muchos, y que aportó 2 000 millones de pesos convertibles al país en 2019, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, pudiera ser un pronóstico alarmante.
Sin embargo, no puede desestimarse la calidad de los servicios hoteleros y extrahoteleros cubanos, que demostraron estar a la altura, incluso, en tiempos de crisis, con la orientación oportuna y la tranquilidad con que se evacuó a casi 70 000 turistas en muy poco tiempo.
•Lea sobre el proceso en Ciego de Ávila.
Así declararon clientes de Jardines del Rey al momento de partir, con la certeza de querer volver a un destino que, no obstante, recibe los cuidados necesarios mientras recesa su labor, para no perder encantos.
La crisis económica que espera el mundo, sin dudas, repercutirá en Cuba, traducida en inversión extranjera y en liquidez, no sólo en el turismo. Apremia entonces la distinción de nuestros destinos turísticos, que con trabajo y suerte gozarán de cierta preferencia. No es despreciable que más de 5 000 extranjeros apuesten por quedarse en Cuba ante la amenaza mundial.
Por eso no debe caer en saco roto lo que aprendió el turismo cubano frente al coronavirus, con la vigilancia epidemiológica, la inocuidad de los alimentos y las medidas sanitarias a rajatabla, aprendizajes que harán honor en el futuro cercano al título de destino seguro.
Si con el 70 por ciento de los turistas se logra el 70 por ciento de los ingresos, aún se debe aportar al país 1.5 mil millones de pesos convertibles, aproximadamente.
Jardines del Rey se juega, además de los ingresos al país, el empleo de más de 5 000 avileños, y, respecto a eso, la OMT lo ha dicho todo: "No sabemos cuando veremos el fin de la crisis, pero sí sabemos que millones de puestos de trabajo están en peligro, que tenemos que proteger a los segmentos más vulnerables (...), que el turismo es un sector con capacidades para recuperarse y tener un efecto multiplicador en otros sectores."
Pasará algún tiempo antes de que la economía mundial y doméstica puedan impulsar a los viajeros habituales al Caribe, pero, mientras tanto, las playas más azules, el sol más bravo y la arena más blanca, siguen ahí, y son nuestros.