El año que llega

Cuando el año termina y amanece en el próximo, una siente que todo está como en pausa. Debe ser que los finales y comienzos, los tránsitos de manera general, dejan esos sabores y hace falta esperar el transcurso de los días para aclimatarse.

El 2020 llega con esos mismos aires. En estas primeras fechas todavía se está anclado a lo último de diciembre, las fiestas, las bienvenidas y despedidas, mientras se intenta adivinar qué deparará este nuevo calendario.

La única certeza es que serán otros 365 días de retos, más bien 366. Hay quienes se preocupan, porque, según dice la voz popular, los años bisiestos “traen malas cosas”. Pero, lejos de cualquier superstición, en Ciego de Ávila, como en otras partes de Cuba, nos tocará seguir haciendo, saldando deudas del 2019 y otras más antiguas.

Algunas son casi un reclamo a coro: volver a ganarnos el puesto de una de las ciudades más limpias de la Isla; recobrar el buen servicio de la gastronomía, otro de nuestros emblemas; crear espacios para tener a donde ir a desconectar un rato. Eso es “por arribita”, y no escapa de la voluntad de los decisores; así lo declaran en varios espacios.

En la autonomía que se le concederá a las provincias y municipios, establecida en la Constitución de la República, quedan cifradas esperanzas para este nuevo período. Enero comenzará con cambios en ese sentido, pues está prevista la elección de los Gobernadores en cada territorio, un paso importante en el proceso.

Para lograrlo, dependemos de la capacidad del trabajo en cada puesto y, en gran medida, de la tan convulsa economía cubana. Aunque la incertidumbre salpique estos inicios, algunas realidades se plantan como bandera: los crecimientos serán muy discretos en nuestro contexto y el de la región, pues relaciones demasiado tensas en el plano financiero seguirán influyendo. Lo alertaba Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía, en las sesiones de la Asamblea Nacional.

Con “esos truenos”, el desasosiego de estas primeras fechas va acompañado de temores. Sin embargo, estrategias anunciadas también por Gil Fernández dan algunas luces. Se habla de planes que pronostican aumento de las exportaciones, de prioridades para comprar alimentos, medicinas, de incentivar la inversión extranjera…

Queda, en medio de ese contexto, calificado como complejo, el continuar haciendo lo que toca a cada cual, el llegar a las tan llamadas, y muy ausentes en más de un ámbito, productividad y eficiencia; ahorrar, tomar en cuenta las enseñanzas de la coyuntura energética de septiembre, al mostrar malas prácticas y el derroche en demasiados lugares.

En el 2020 serán las elecciones presidenciales en Estados Unidos, un tema que a los cubanos nos interesa casi tanto como a los propios residentes de ese país. El año pasado el bloqueo arreció, ¡y de qué manera! No es cuento de camino cuánto nos afecta. Esa combinación de la política hostil externa con las propias debilidades y errores de al lado de acá nos ponen en jaque.

Pero, más que permanecer a la espera de ver si Trump se va o se queda —lo que podría ser un primer paso para aliviar ciertas tensiones—, están claras las prioridades: retos que enfrentar, metas en lo personal y a grandes escalas. En esos balances y con esas fuerzas nos toca seguir en este año que ya comienza a despegar.


Comentarios  
# Dionides Moreno 21-05-2020 16:15
Este año 2020 si se ha extremado eso de lo de ser bisiesto, empezó con la crisis del combustible que debutó a mediados del 2019, y para colmo como si fuera poco está la pandemia del COVID-19.
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