Yurima, un bebé y varias medallas para Cuba y Ciego de Ávila

A principios de 2017 debió tomar varias decisiones que definirían su futuro. Yurima Soria López disfrutaba el pleno ascenso de su carrera como jugadora de hockey junto al amor de Máikel Tritzant Jardines, otro estelar del citado deporte en Ciego de Ávila.

La vida la sorprendió con un embarazo que la excluiría pronto de los principales torneos, algo que representaba un cambio radical para su actividad como atleta.

Tenía apenas 21 años y mucho que hacer sobre los terrenos, de ahí que tomara una de las decisiones más felices de su existencia. Pasados los nueve meses nació Máikel Junior, y con su llegada, el amor de sus progenitores consolidó su esplendor.

Según fueron de difíciles, aquellos días se convirtieron en la experiencia más sublime para la muchacha, quien disfrutaba de su bebé y de la vida hogareña, aunque nunca dejó de latir en su interior la pasión por el deporte.

En verdad el pequeño se veía sano, fuerte y hermoso, hecho que la estimuló ante una propuesta de los profesores Yoel Martínez Quesada y Rubén Benítez Rivalta, que necesitaban jugadoras de experiencia para un buen desempeño de la selección avileña en el Campeonato Nacional.

Como ella y Máikel Junior estaban muy bien, dio el paso y se reincorporó en su posición de defensa, lista para ayudar a su elenco, que en febrero de 2018 resultó subcampeón.

Por su buena actuación mantuvo el puesto en la preselección nacional, algo que le causó un gran dilema porque estaría lejos de casa. Claro, su mamá, Carmen López Matos asumió el cuidado del pequeñín.

yurima juntoal  pequeño Máikel JuniorEn casa, con el pequeño Máikel JuniorLo que pocos saben es la tensión que vive una madre deportista lejos de su bebé, sin el contacto diario, con la preocupación permanente, al punto de que cuando está en La Habana, y se pone nostálgica, tanto ella como su esposo tomaban un ómnibus para juntarse, aunque fuera unas horas con el retoño.

Así han transcurrido los dos años de quien seguro debe ser hockeísta, pues la herencia deportiva le llega por ambos progenitores. Yurima lamenta que el tiempo con el bebé ha sido poco, de ahí que aproveche cada minuto con él.

La lejanía, a pesar de que es muy dura, tuvo compensaciones con el inédito título de las chicas de Ciego de Ávila en el torneo nacional de 2019 y la plata de principios de este año, en meritoria lucha contra las tuneras, además, la joven madre integró la selección cubana que asistió a los Panamericanos de Lima, Perú.

Por sus méritos fue incluida entre los 10 atletas más destacados de la provincia el pasado año. No obstante, quien mejor debe evaluar el desempeño de la hockeísta es Máikel Junior, quien ahora es demasiado niño para emitir juicio.

Sus premios están en las travesuras que teje a diario, en la sonrisa pícara cuando juegan a los escondidos, en el beso que por estos días se evita, pero llega y sorprende en medio de su inocencia. Pasarán los años y el benjamín de la familia disfrutará ser hijo de campeones, junto al reto de imitarlos. Ya los profes de mamita le regalaron un bastón.


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