Pensará usted que en el título falta una cifra. Y sí. Es la cantidad de años a los que hacía referencia en esta sección el 7 de marzo de 2015 (13 años de promesas) la misiva enviada entonces por Aleido Nieves Quintana, residente en el municipio de Baraguá, en alusión al tiempo en el cual, en su territorio, solo le habían “prometido” resolver su caso.
La publicación citada decía en uno de sus párrafos: “Desde 2002 han venido muchas veces los trabajadores sociales, me llenan papeles y me dicen ‘usted está en la lista de los casos críticos, apenas entre algo será el primero’”. Promesa.
En otro párrafo escribía Nieves Quintana: “En enero del presente año hice una reclamación, entonces vinieron varios compañeros de Salud municipal y provincial, quienes dijeron que volverían, al igual que dos especialistas de la Dirección Provincial de Trabajo, en los cuales vi una gran seriedad y quedé convencido de que no conocían mi problema”.
A esta carta respondió ipso facto Fernando Trujillo Sánchez, para la fecha director provincial de Salud, alegando: “(…) se designó una Comisión para la revisión del caso (…) y se constató que el compañero sufrió un accidente de trabajo el 12 de mayo de 2002, en el cual una carreta le pasó por encima de la pelvis, ocasionándole como secuelas acortamiento del miembro inferior izquierdo en 2,5 centímetros y la no retención de la orina de forma permanente”.
Refiere el directivo que Nieves Quintana, “(…) en el año 2006 fue peritado con 200.00 pesos, imposibilitando esto su vida laboral activa y una solvencia económica favorable (…) sugerimos que este caso sea evaluado por el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social (…).”
Transcurrió 2015 y las restantes autoridades baragüenses no se pronunciaron a través de esta sección para conocer acerca de la solución, o al menos el dictamen de la evaluación recomendada por los galenos. Ahora, cinco años después, con fecha 20 de diciembre de 2019, el remitente vuelve a escribir.
“(…) ya no son 13, sino 18 años de promesas. Cuando Invasor publicó mi carta, vinieron varios compañeros y me visitaron con nuevos plazos de que me traerían avituallamiento, equipos de cocina. De eso solamente ha llegado un colchón.
“He hablado con el delegado y el presidente del Consejo Popular y nada. Entran las cosas y nada. Me pregunto si será posible que aquí no se controlen los recursos que son destinados a los casos con problemas. Vinieron dos compañeros hace como dos meses y anotaron que no tenía fogón y otras cosas más… y nada.”
Se podía leer en el cierre de la publicación de marzo de 2015: “Si bien el día 7 del mes actual este redactor calificaba de lamentable que hubieran transcurrido 13 años de promesas no cumplidas, y desterraba al terreno de la duda el hecho de que, en más de una década, no entraran al territorio baragüense los artículos requeridos por el paciente, conmina al Ministerio del Trabajo y Seguridad Social y, una vez más, a las autoridades locales a ocuparse del caso de manera directa y verificar que la situación cambie, como merece, y es de esperar, para bien”. El párrafo de entonces es, también, increíblemente, el de ahora.