La ambigüedad de las palabras

Cuando no están claras, cuando se contradicen, incluso, si su significado queda a merced de la interpretación que le quiera dar el receptor, las palabras caen en el terreno de la ambigüedad. Así lo siente este redactor desde el momento en que a sus manos llegaron dos cartas con respuestas a un mismo caso, remitidas por la doctora Lianet Alfonso Sánchez, directora de la Clínica Estomatológica Centro, de Ciego de Ávila.

Ambas misivas, con igual texto y fechas distintas, aluden a denuncias hechas en esta sección (Antagónicos… y no; 1ro. de junio de 2019) y en Sin rodeos (Baños cerrados, 20 de octubre de 2018) (lo que muestra la longevidad del caso), coincidentes solo en cuanto al cierre del baño destinado a los pacientes en la citada institución de Salud. Una de ellas con fecha 24 de octubre de 2018; la otra, del 25 de febrero de 2019.

Transcribo: “Por medio de la presente les comunicamos que la Clínica Estomatológica Centro, a pesar de lo que se denuncia en el periódico Invasor, nunca ha tenido situación con baños cerrados. La misma tuvo un hecho delictivo donde hurtaron el herraje del baño destinado para la población.

“En varias ocasiones, la administración de la Clínica le ha solicitado al municipio este tipo de herraje sin solución inmediata, ya que el municipio no cuenta con el recurso; los que existen no son compatibles con el juego de baño que existe en la entidad.

“Por lo tanto se tomó la decisión de cambiar el juego de baño por otro para así incorporarle el herraje compatible del mismo y poder brindar satisfactoriamente un servicio con calidad.

“Actualmente ya se le dio solución a la problemática y el baño funciona sin dificultad para la población y trabajadores de la entidad.”

La ambigüedad de las fechas no creo que sea lo más importante como para detenernos en ellas si, reitero, el texto es el mismo y es mucho más ambiguo, sobre todo porque se centra solo en el baño cerrado, ahora resuelto y sin respuesta antes; y porque omite o ignora los reclamos hechos por la remitente Lupe María Balmaseda Martínez, en su carta publicada el 1ro. de junio de este año.

Retomo algunos fragmentos de su misiva: “Lupe María alega haber sido maltratada, el 18 de este mes, en la Clínica Estomatológica Docente de Ciego de Ávila: “(…) tuve consulta con la doctora Teresa, la cual me maltrató y me dijo palabras obscenas.

“Al día siguiente me presenté a la Dirección de la entidad para quejarme del servicio que la misma me había prestado, pues el empaste que esta me había puesto se me cayó al llegar a la casa y tuve que ir con otra dentista de esa misma clínica para que me lo volviera a poner. Al dirigirme a la doctora Teresa se rio de mí y me dijo que ella no podía hablar, pues estaba con problemas en la voz.”

“Manifiesta haber conversado con varios trabajadores, quienes le aseguraron que ‘tienen que traer comida de sus casas y un pomo de agua fría para poder tomar; no hay baños donde hacer las necesidades, ni el personal que trabaja allí ni el que visita la clínica. La caja de agua fría está rota, tiene el motor quemado, y lo saben la directora y la administración de ese lugar. Estos se hicieron los desentendidos.”’

Porque la remitente aún aguarda, cito también un fragmento del párrafo final de la publicación de junio: “(…) lo mejor es esperar a que la Dirección de Salud, en la provincia, evalúe lo denunciado por Lupe María y envíe su respuesta a Invasor”. Ahora que tanto tiempo ha pasado ¿tendrá una contestación clara?


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