Qué bueno que la señora Teodora Isabel Sardiñas Arencibia, vecina del edificio de 12 plantas, en la ciudad de Ciego de Ávila, vio solucionado su caso, publicado aquí (Un problema en las alturas, 24 de noviembre de 2018), en relación con las afectaciones a su apartamento, a partir de las filtraciones provenientes del restaurante Solaris.
Planteaba que luego de visitar la Asamblea Municipal del Gobierno y ser remitida a las direcciones de Vivienda y Gastronomía, en igual nivel: “Ambas instancias me dieron respuestas que no solucionan la situación a la que me enfrento (…).”
A su caso contestó a Invasor Graciela Condú Rodríguez, directora de Vivienda en el municipio cabecera: “(…) es una queja reiterativa que en visita efectuada al lugar, el día 13 de diciembre, a las 9:00 antemeridiano, por el Director Municipal de Gastronomía, la Jefa de Departamento de Administración de la Vivienda, el encargado del edificio, y una vecina colindante, se pudo verificar que ya la situación está resuelta; que, aunque la recurrente no se encontraba en su domicilio a la hora de la visita, la vecina alegó que ya no tiene filtraciones ya que la Empresa mencionada ejecutó trabajos en el lugar erradicando la situación.
“No obstante, debemos orientarle que, de volver a existir el problema, debe acudir a Arquitectos de la Comunidad, solicitar asesoría técnica y nombrar abogado ante el Bufete Colectivo para interponer proceso de demanda ante el Tribunal a la empresa implicada.”
Este redactor solo se hace una pregunta: ¿Sería necesario llegar a tales extremos?
Otra dicotomía publicada en esta sección fue establecida por Miguel Machado Mesa, residente en Morón (Desorganización, 10 de noviembre), quien expuso irregularidades existentes en la organización del Festival Provincial Cuba Qué Linda es Cuba, y que afectaron a los niños y padres moronenses.
A su carta responde Marlene Lamas Alemán, directora del Centro Provincial de Casas de Cultura (CPCC), y Virginio Menéndez Moro, director de Cultura en la provincia: “(…) en lo referente al tema transporte, el CPCC solicitó, con la antelación requerida, a la Dirección Provincial de Cultura el servicio de ómnibus (…), la que, a su vez, se lo entregó a la Dirección Provincial de Transporte para que garantizara el mismo, pero lamentablemente falló el de Morón (…).
“(…) con lo referido a la merienda, esta estaba situada en el teatro Principal desde las 8:30 am; cuando arribaron los participantes del municipio de Morón, cerca de las 12:00 meridiano, se les entregó. (…). Se determinó, por un atraso en la elaboración del almuerzo y previendo no retrasar el comienzo del Festival, debido a que no se puede transportar niños en horario nocturno, brindar el almuerzo, según se presentaban (…) y no es cierto que los niños, instructores y padres almorzaron al finalizar el evento.
“(…) con respecto a que no hubo presencia de la prensa (…) el CPCC, a través del Departamento de Comunicación, informa de todos los eventos a realizarse cada mes, en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba, por lo tanto no somos responsables de la no asistencia de la prensa a dicho evento”.
Machado Mesa, quizás quede satisfecho con esta respuesta. A este redactor le llama la atención el hecho de que no se haya incluido el porqué del fallo del ómnibus porque, aunque fuera responsabilidad de la Dirección Provincial de Transporte, el evento no lo era.