¿Cinco años? Sí, cinco años

Son 1 824 días, 1 824 noches. Y 1 824 pudiera multiplicarse hasta por tres si en cada uno de ellos, como suele suceder, se repitieran las situaciones que describe la remitente de la misiva.

 

Son 1 824 días, 1 824 noches. Y 1 824 pudiera multiplicarse hasta por tres si en cada uno de ellos, como suele suceder, se repitieran las situaciones que describe la remitente de la misiva de hoy, Damarys López Sosa, residente en la calle 7, No. 21, entre B y C, en el poblado violeteño de Pedro Ballester.

Primeros argumentos para conocer el caso: “(…) tengo una niña, Daimarys Yera López, que nació con una enfermedad monogenética con diagnóstico de Orina con olor a jarabe de arce, caso único existente en este país, que fue descubierto al año y medio de nacida, de manera retardada ya que es una enfermedad muy rara que se estima una incidencia de uno por cada 3 000 recién nacidos vivos.

“Tiene, además, Parálisis Cerebral Infantil (PCI) desde los 14 días de nacida; y epilepsia secundaria con secuelas muy profundas; y el dolor de una madre que tiene muchas inconformidades e inquietudes a las cuales nunca les han dado respuesta”.

Situación problémica otra: “Llevo más de cinco años pidiendo un sillón especial para ella o, tan siquiera, una silla de ruedas. Me he dirigido a mi Área de Salud, al Poder Popular, a la oficina de los trabajadores sociales… y nunca me han dado respuesta ni solución, ni cama ni colchón que, también, los requiere.

“Es una niña que tiene dieta restringida. Solamente puede comer viandas, vegetales y frutas. (…) en la tienda nunca le han priorizado esa alimentación y siempre he tenido que comprarla por la calle, y los precios están demasiado altos. A mí no me han dado chequera como madre cuidadora, la cual necesito mucho porque tengo que comprarle sus medicinas, aparte de las que recibe en el Pediátrico de Centro Habana, esas no me las cobran, pero, por ejemplo, hace más de cuatro meses que el médico me dice que el Anamix infantil no ha entrado al país y es el tratamiento básico para esa enfermedad.

“Ahora me cobran el módulo asignado a los postrados en 355.00 pesos, cuando antes no costaba nada. Realicé la solicitud de un teléfono que me es muy necesario para tener constante comunicación con el especialista y en casos de emergencia, y nada”.

Ante una situación como esta no son ni siquiera descartables los más de 400 días, contados a partir del 24 de marzo de 2020, en que se diagnosticó el primer caso de COVID-19 en nuestra provincia. Digo esto, porque, también, se ha vuelto casi norma que algunos justifiquen ineficiencias e irresponsabilidades bajo la sombra de la pandemia.

Que ha sucedido más de una vez. Pero, no arriemos las velas aún. Confiemos en que la solución llegará pronto. El reclamo de un caso como este, sin respuestas durante cinco años, exige no ser desoído (más).


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