La primera vez que lo vi caminaba despacio, con esa humildad que siempre le acompaña, entre la parrillada y el área principal del centro gastronómico Oasis, ubicado en el Parque de la Ciudad, en Ciego de Ávila.
Recuerdo que, con una mezcla de curiosidad y de broma, miré a mi Reina esposa y le dije: “¿Qué estará haciendo Cecilio Avilés en este lugar?
No se trataba, por supuesto, del conocido autor de Cecilín y Coti, o de otros personajes e historietas que han sumado décadas en el gusto de niños, jóvenes y adultos, sobre cartulina, en publicaciones impresas, a ras de pantalla chica o en soporte digital.
Lo que toma en sus manos, cada día, Luis Gómez Rodríguez, no es un pincel, una crayola o un lápiz. Su trazo es a filo de cuchillo, a punta de espumadera, junto al horno que mantiene vivo la Parrillada, para que, además de pizzas, cremas y espaguetis, los usuarios tengan otras opciones allí. Una de ellas es el llamado arroz risoto, plato de fácil elaboración al que, no obstante, Luis se empeña en impregnarle un sello personal, atractivo.
“Lo preparo desde hace alrededor de cuatro años, comenta, pero en verdad llevo más de diez trabajando en este lugar… y toda una vida cocinando.
“La idea del risoto fue del administrador, que un día me preguntó si me atrevía a hacerlo; le dije que sí. Al principio no vendíamos muchas raciones, después fue aumentando la cantidad, a la gente le gusta, es una variante más.
“No lleva nada del otro mundo: solo arroz, mantequilla, queso, jamón y un poquito de vino seco. El asunto está en la proporción de esos ingredientes y en la cocción, para que quede con el mejor punto.”
—¿Quejas por parte de la población?
“Nunca. Creo que la única preocupación fue cuando le subieron el precio a la ración, de 4.00 pesos a 8.20. Ahí sí bajó la venta, aquí viene mucha gente modesta, que vive de su salario. Por suerte volvieron a restablecer el precio anterior y, desde entonces, todo ha vuelto a la normalidad.”
Cuidadoso de una palabra bastante irrespetada en estos tiempos: gramaje, y con la capacidad de hasta traer, de vez en vez, su cabecita de ajo, Luis sigue tan enamorado de la cocina como en los momentos en que nació ese vínculo, llamado a prolongarse para toda la vida.
“Yo machucaba en mi casa desde niño, porque mi padre cocinaba y la vieja también. Recuerdo que ella trabajaba en un comedor de la construcción. Por ahí me entró el bichito."
“Un día me movilizaron para el servicio militar y allá me fui. De La Habana nos llevaron en avión para Santiago de Cuba. Hice el viaje sentado sobre mi mochila. Caí en una unidad de retaguardia. Tú vas a ser cocinero, me dijeron; ¿sabes hacerlo? Dije que sí y fue la mejor respuesta de mi vida, no solo porque pasé tres buenos años de ejército, sino también por lo que vino después: hice un curso de comida china, en el restaurante Pacífico, de la capital cubana, trabajé un año allí, vine para Ciego, me enamoré para siempre en este lugar y aquí estoy, pegado todavía a la cocina…”
—¿Hasta cuándo?
“Debe ser hasta que me jubile, pero eso no me ha pasado por la cabeza, a pesar de que ya tengo 68 años.”
A esa edad, en tiempos como los actuales (signados por precios que obligan a decantar y a posponer para después un montón de necesidades), es lógico que muchas personas no deseen acogerse a un retiro que hoy lleva de la mano y corriendo a miles de ancianos.
Consciente de que así ocurre, no es ese, sin embargo, el único motivo que mantiene a Luis afincado sobre su trono ardiente en el Oasis.
“Yo pudiera irme, tranquilamente, ya. Tengo dos hijos adultos. El más chiquito, por cierto, le sabe también a esto de la cocina; era ayudante mío. Pero no quiero irme; me gusta demasiado lo que hago y, de verdad, creo que si me voy para mi casa me muero, a los pocos días, de tristeza.”
Considero que un trabajo sostenido de la prensa , a centros de la gastronomía popular y red de restaurantes ....resltando el verdadero y honesto trabajo , crea un clima social de confianza en la población y una sútil emulación Moral ...que se puede hacer mejores cosas , con lo que tengamos .
Lo felicito , por un periodismo junto a la realidad que vivimos ...Porque estoy presente allá junto a los menos poseen .
Prof Ernesto René Salcedo Rocha .