No importa si se vive aquí, en Ciego de Ávila, en la Punta de Maisí, en el Cabo de San Antonio o fuera de Cuba. Tampoco, si se es obrero, campesino, maestro, deportista, trabajador por cuenta propia, artista, militar, ama de casa, estudiante, desempleado…
Y mucho menos tiene que ver la edad: se pueden tener desde un año hasta 60 y muchos más…
El Día de las Madres no reserva distinción alguna. Todo el mundo corre, antes del segundo domingo de mayo, a buscar el regalo, la flor, la tarjeta. Ellas, como norma, no piden más que lo maternalmente elemental: salud, presencia, un beso, apego a la familia. Y son tan felices con apenas eso…
Sirvan estas imágenes de pequeñísima muestra acerca de momentos que hijos y madres no olvidan, sobre todo si se ha sembrado en ambos huertos la semilla que hace recurrente, cada año, y eternamente, el fruto, hasta después de la muerte.
Adoración de madre.
De mi pecho, tu alimento
En el banco de leche humana
El amor de abuela es tan fuerte como el de madre… o más
Mamá me ayuda a ser mejor estudiante
Des-cubiertas
Esparcimiento con mamá
Con el mismo prisma
Amor de madre a ras de pecho.
Beso doblemente tierno
Cariño de generaciones
Segundo domingo de mayo en Cuba: un día, en fin, para la felicidad