Cuando se está bien lejos, comprometiendo la vida, tenerse el uno al otro se convierte en un bálsamo. Y es que dos galenos de Ciego de Ávila, atados de corazón y profesión, llegaron a Perú el 4 de junio último, como miembros de una brigada de 85 profesionales de la salud cubanos, perteneciente al Contingente Internacional Henry Reeve.
• La presencia de la brigada coincidió con el 50 aniversario de la colaboración médica cubana con Perú.
El doctor Eduardo Artiles Pardo, con 23 años de experiencia, especialista en Higiene y Epidemiología, en Medicina General Integral, Máster en Enfermedades Infecciosas y profesor asistente, recesó sus faenas en el policlínico Belkis Sotomayor Álvarez, de la ciudad cabecera, para sumarse a los esfuerzos de Cuba para proteger a la humanidad de males mayores a los ya sufridos.
Junto con su esposa, la doctora Sarait González Gallart, que atesora dos décadas de trabajo, es especialista de primer grado en Medicina General Integral, Máster en Enfermedades Infecciosas y profesora asistente, se fue al país suramericano a ejercer la raíz de todas sus pasiones. También ella dejó la seguridad del Belkis Sotomayor para asistir a los enfermos de esa tierra andina.
Ambos, bien “encadenados” a un proyecto de vida común, cuentan en sus trayectorias con misiones internacionalistas en Bolivia (2006-2008), Venezuela (2009-2011) y Brasil (2013-2016), pero nunca antes una enfermedad como la COVID-19 les había impuesto el reto que, con orgullo y altruismo, asumen en regiones peruanas.
• Consulte una entrevista al doctor Eduardo sobre su misión en Recife, Brasil.
Vía WhatsApp, supe que tuvieron dos meses de preparación en la Unidad Central de Cooperación Médica, en la capital cubana, lo que se traduce en que, mientras estábamos en casa con la familia y sufriendo las estadísticas diarias en Cuba y el mundo, estos profesionales de la medicina avileños “dejaban” a su familia y se adiestraban para ir a enfrentar un letal virus.
Comentan que, en Perú, fueron recibidos por el embajador de Cuba en esa nación, Sergio González, autoridades del gobierno y del Ministerio de Salud. “Nos hicieron un acto de recibimiento, en el que estuvieron, además, miembros de la Asociación de Médicos peruanos graduados en nuestro país”, recuerdan.
• Embajador cubano en Perú: “Voluntad de ayudar no nos faltará”.
“Están agradecidos por el apoyo que venimos a dar en el enfrentamiento a la pandemia, resaltan la historia internacionalista y solidaria de Cuba, recuerdan la ayuda de nuestro país en desastres anteriores, reconocen la calidad de la medicina cubana y la vasta experiencia de nuestros profesionales en situaciones de desastre y grandes epidemias.”
Después de días de preparación en Lima, capital peruana, Eduardo y Sarait partieron hacia Moquegua, uno de los 24 departamentos que forman la República andina, con más de 1 400 positivos al virus hasta el momento y 30 decesos; aunque, la brigada cubana del contingente Henry Reeve también se distribuyó por otras regiones como Ancash, Arequipa y Ayacucho.
Hasta el 14 de julio, las estadísticas de Perú mostraban incremento
“Nuestro equipo está constituido por 16 profesionales, de ellos cinco Licenciadas en Enfermería (diplomadas en terapia intensiva), ocho especialistas en Medicina General Integral, un especialista en Medicina Interna, un epidemiólogo y una pediatra, que es la doctora Grisel Alonso Gutiérrez, colega avileña que trabaja en el policlínico Belkis Sotomayor.”
— Y los galenos de ese país, ¿consideran sus trabajos?
— Desde la llegada, nos insertamos, codo a codo, con los colegas de aquí. Apoyamos en el cumplimiento de los protocolos sanitarios establecidos por el Ministerio. Nos desempeñamos, según nuestros perfiles, en la atención primaria y secundaria, trabajando en el hospital COVID-19, en la sala de hospitalización, terapia intensiva y triaje; así como, desde la atención primaria, en el cuidado de enfermos y la búsqueda de síntomas respiratorios, casa a casa.
— ¿Cómo valoran la actuación de Perú frente al SARS-CoV-2?
— Todo está protocolizado en cuanto al enfrentamiento a la pandemia. Las principales dificultades se encuentran en los recursos humanos, pues existe gran déficit de profesionales, motivo por el cual han demandado nuestra ayuda.
Así, el matrimonio avileño dejó al cuidado de los abuelos dos niñas, de nueve y 17 años, saludables y seguras, en un país que registra indicadores favorables, gracias al esfuerzo de los que, desde adentro, cumplen su misión de proteger y alertar a la ciudadanía.
Estuve varios días esperando las respuestas de Eduardo y Sarait, pues, comprensiblemente, ellos están para responder ante los enfermos y sospechosos. Mientras revisaba y revisaba WhatsApp, con el ánimo de encontrar y contar sus vivencias, los profesionales avileños salían a curar, con la marca país en la bata, que legitima y prestigia.
“Nos sentimos muy orgullosos de lo que hacemos, de ser protagonistas en esta ardua batalla contra una de las más grandes pandemias registradas en la historia. Es un privilegio poner nuestros conocimientos al servicio de los más necesitados.
“Como diría el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro: ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Además, representar a nuestro pueblo, enaltecer nuestros ideales y principios de solidaridad, y poner en alto la calidad de la medicina cubana, es un mérito inigualable”, concluyen.
También Fidel dijo que “quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo”, que no es el caso de ninguno de los 2 043 galenos que apoyan el desafío a la COVID-19 en 34 países de todos los continentes.
Donde hay amor por la medicina, hay amor por la vida. Y más si, como entre Eduardo y Sarait, se articulan otras tantas pasiones. Cuando el Premio Nobel de la Paz sea entonces para el Contingente, ese matrimonio, con y por la humanidad, será leyenda.