Ciego de Ávila vs COVID-19: los “catarros” no se han acabado

En medio de una tregua de seis días con la COVID-19 ponemos el foco en las infecciones respiratorias porque no se acaban 

Aunque hace seis días que la COVID-19 nos ha dado una tregua y no se han informado nuevos casos confirmados, las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) siguen reportándose en Ciego de Ávila a un ritmo no despreciable.

Su comportamiento coincide con el corredor endémico por semanas estadísticas del que escribíamos hace unas jornadas. A la altura de la semana 24, que cerró este domingo 31 de mayo, la provincia se mantenía en la zona de éxito, pero había contabilizado en el mes unas 14 IRA graves.

La evolución grave de las IRA requiere hospitalización y, cumpliendo la indicación nacional, a todas se les realiza PCR-RT mediante exudado nasofaríngeo o biopsia del pulmón, en el caso de los fallecidos. En las pruebas enviadas a los laboratorios en los últimos días al menos unas 10 correspondían a estos casos, todas negativas.

Son “sustos” que aquí se han mantenido durante los dos meses de epidemia y podrían disminuir un poco con la llegada del verano, época del año con menor incidencia según los estudios históricos.

En su mayoría, las IRA graves han involucrado a adultos mayores, un grupo etario especialmente susceptible a estas infecciones y a la COVID-19 (a la postre también una IRA), pues padecen otras comorbilidades que aumentan las vulnerabilidades y disminuyen la respuesta del sistema inmune.

Recordemos que en 2019 la Influenza y la Neumonía causaron 461 fallecimientos en Ciego de Ávila, lo que las situó como la cuarta causa de mortalidad.

Al inicio de la epidemia la provincia estudió 65 pacientes con IRA e identificó la circulación de virus de Influenza, ParaInfluenza Tipo I y otros coronavirus. En aras de potenciar los exámenes para el SARS-CoV-2 se dejaron de hacer, mas es muy probable que continúen circulando, viendo cómo se ha comportado la detección por la pesquisa.

La búsqueda en las comunidades no se detiene. Al cierre de ayer se detectó a nueve personas con sintomatología respiratoria; el sábado otras nueve, el viernes 40. El hecho de que, por el momento el SARS-CoV-2 no esté circulando de manera descontrolada en la provincia no quita que sigamos padeciendo de “catarros” y que algunos puedan ser considerados sospechosos, a partir de su riesgo epidemiológico.

Lo cierto, sin embargo, es que la cifra de sospechosos ha variado muy poco en la última semana. De las 11 personas que hoy se encuentran en centros de aislamiento apenas dos son sospechosos, el resto son viajeros.

Para el Doctor Eduardo Zalacain Petgrave, subdirector de Epidemiología del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, el manejo de la COVID-19 debería influir sobremanera en cómo se trabaja el resto de las IRA, sobre todo en el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad.

Si en 2009, luego de la pandemia de H1N1, una lección aprendida fue la importancia de obtener información de los casos graves y en consecuencia se amplió la vigilancia de la infección respiratoria aguda grave, las enseñanzas que va dejando el enfrentamiento al nuevo coronavirus redundan en la detección oportuna, el uso de protección y las acciones de mitigación.

No obstante, mucho de lo (re)aprendido en medio de la actual pandemia, ya estaba escrito desde el 2013 en el Programa Integral de Prevención y Control de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), actualizado y contenido en la Resolución Ministerial 441 de ese año, firmada por el entonces ministro de Salud Pública Roberto Morales Ojeda.

En tal sentido, algunas de las medidas implementadas para el escenario de la COVID-19 deberían permanecer una vez logremos controlarla: el uso de nasobucos en lugares clave, la desinfección frecuente de superficies, lavado profundo de las manos, distancias saludables... No solo porque la enfermedad amenaza con convertirse en endémica, sino porque el resto de las IRA también matan y en muchos casos se tratan de algo más que un simple catarro.

Los números de hoy

Al cierre del 31 de mayo, Ciego de Ávila mantiene un acumulado de 96 casos confirmados, de ellos tres fallecidos y 90 recuperados. Esta cifra de positivos representa el 4,6 por ciento del total nacional.

En la jornada del domingo se recibieron 41 resultados de laboratorio, con lo cual todas las muestras enviadas por Morón, relacionadas con el estudio de Turiguanó ya fueron analizadas y no se reportó ningún confirmado más.

Así, ese poblado puede empezar a contar los días para el cierre de la cuarentena que ya se extiende por más de 50 días y apegarse a las medidas de aislamiento y distanciamiento social pues, aunque se muestreó a una gran cantidad de personas, la proporción de asintomáticos hasta ahora mantiene viva la incertidumbre.

De los cuatro controles de foco pendientes se cerró uno en Ciego de Ávila, relacionado con el caso 86, una trabajadora de la cayería.

Hoy se enviaron 16 muestras a Villa Clara, evidencia de que la situación epidemiológica, si miramos los números, está controlada. “No significa que hayamos resuelto el problema”, recalcó Zalacain Petgrave e insistió en continuar cumpliendo las indicaciones y medidas dispuestas por la máxima autoridad del país.


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