Defensor del agua en campos de Ciego de Ávila

La sequía no tuvo en Ciego de Ávila el mayor protagonismo mediático en los últimos meses, pero quienes viven del campo saben lo difícil que resulta lidiar contra ella.

Quizás uno de los que más se beneficie por la escasez de agua sea José Miguel Barroso del Toro, operador de la máquina fregat número ocho en la Unidad Empresarial de Base (UEB) El Mambí, en el Consejo Popular de Vicente.

No se trata de que prefiera la ausencia de lluvia, sino que cuando no precipita le toca ejercer su función para asegurar el riego de las 40 hectáreas abarcadas por el equipo bajo su responsabilidad. De ahí dependen sus resultados.

“Soy santiaguero, pero desde el dos de marzo de 1993, cuando tenía 23 años, vine a trabajar como platanero a Ciego de Ávila, donde he permanecido, o sea, que ya tengo más tiempo aquí que en mi tierra natal.”

Par de décadas acumula este guajiro cubano apegado a los sistemas de riego, faena que implica dedicación y prácticas adecuadas, algo que ha hecho bien, junto a sus colegas Gustavo Álvarez y Silvio Salas.

Estadísticas reflejan que la UEB cerró la última campaña de la papa con promedio de 22 toneladas por hectárea, mientras Juan Antonio Zayas, al frente de ese colectivo, siente el orgullo de que la fregat ocho fue la puntera del país con rendimientos de 40 toneladas por hectárea.

José Miguel es un ferviente defensor del agua y sabe que de su adecuada distribución dependen buenas cifras, más alimentos y remuneración: “Nos toca hacer bien el trabajo, lograr eficiencia en el riego, evitar atrasos y tupiciones en las boquillas”.

barrosoCuando las boquillas funcionan bien, la calidad del riego está asegurada

A ello se suma la permanencia en el área para proteger a equipos y cultivos, y estar dispuestos a nuevos retos cuando termina una cosecha. Por ejemplo, tras la recogida del codiciado tubérculo, a principios de año, comenzaron otras siembras y no les queda espacio sin cubrir en las 40 hectáreas. Diez están dedicadas al maíz, iguales cifras al melón y a la yuca, ocho a la malanga y dos al pepino.

La UEB El Mambí tiene 500 hectáreas beneficiadas con el riego por aniego electrificado y mediante máquinas fregat. Comparadas con entidades similares de otros municipios, los resultados distan de lo que se demanda, de ahí la estrategia seguida en el territorio para transformar ese panorama. Potencialidades existen.


Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar