La Empresa Azucarera Ciego de Ávila (EACA), como parte de las medidas de mitigación y resiliencia ante los peligros del cambio climático, implementa en 2021 una serie de acciones encaminadas a la generalización de variedades de cañas más resistentes a efectos climáticos adversos, el mejoramiento de suelos, el empleo eficiente del agua y la aplicación de nuevas técnicas de cultivo.
Aunque al cierre de abril la entidad ejecutaba en su conjunto el importante programa al 16,1 por ciento de su cumplimiento, la cifra no indica en su completa extensión todo lo trabajado en lo que va de año para hacer realidad el Plan de Estado conocido como Tarea Vida.
Como explica Alba Domínguez Gálvez, especialista en Ciencia, Técnica, Calidad y Medio Ambiente de la EACA, la mayoría de los 11 sistemas de riego eficiente previstos se encuentran en fase de terminación.
De estas infraestructuras de riego de pivote central, cinco se encuentran enclavadas en bases productivas del municipio de Morón, igual número en Ciro Redondo y una en la Cooperativa de Producción Agropecuaria Ramón Domínguez de la Peña, del municipio de Venezuela, además de un regadío por goteo en la Unidad Básica de Producción Cooperativa El Cedro, de Ciro Redondo.
Otras de las acciones a desarrollar durante el año es el cultivo profundo o subsolación de unas 10 005,7 hectáreas (ha) de caña, de las cuales al cierre de abril se plantaron unas 5 872,91.
Entre los beneficios de la técnica está la mejora del drenaje externo e interno de los suelos, propiciando un aumento de los rendimientos de la dulce gramínea entre cinco y ocho toneladas por hectárea.
Se prevé durante 2021, como mitigación ante los efectos del cambio climático, el mejoramiento y la conservación de suelos, para lo cual se limpiarán unos 34,3 kilómetros de canales, se trabajará en el drenaje de unas 797 ha y se aplicará cachaza a 365,9 ha, actividades que abarcarán a cinco municipios.
También los azucareros avileños se proponen la siembra durante el presente año de 10 748,5 ha bajo régimen de secano con variedades de caña más tolerantes a los efectos del mal drenaje, la salinidad y la sequía, si bien, hasta el término del cuarto mes, del total planificado solo se había plantado un 13 por ciento de lo previsto.