Parque de la Ciudad: entre penas y glorias

Muchos de los problemas que en la actualidad lo deslucen se han acumulado por años, y buenas iniciativas y voluntad para revertirlos no faltan, mas habrá que afinar la puntería si de verdad queremos salvar ese oasis de esparcimiento soñado.

Todavía habrá quién se pregunte qué fue de aquel barco que un buen día del 2019 “desembarcó” en las aguas de la conocida Turbina, de Ciego de Ávila, con la promesa de convertirse en restaurante para terminar naufragando sin que el cuento tuviera un final feliz ni volviéramos a recibir noticias suyas. En ese entonces, el suceso se tornó viral en las redes sociales de Internet, donde, a la par de la fama, caminó también la polémica que cuestionaba la necesidad de invertir más de un millón de pesos en transformar la antigua embarcación en unidad gastronómica, cuando las ya existentes en el área del Parque de la Ciudad no atravesaban su mejor momento. El resultado: una construcción solitaria que aún espera por el primer cliente.

Y aunque apenas sea este un pasaje en la historia de un lugar que nació con el propósito de convertirse en el principal enclave para el entretenimiento en la provincia y que, luego del entusiasmo de los primeros tiempos, sigue sin poder lograrlo del todo, la realidad continúa sin parecerse a la idea original y son más las preguntas que las respuestas.

En 2017 Invasor se hacía eco del ambicioso proyecto que, con un presupuesto estimado de más de un millón de pesos— con aporte del uno por ciento de las utilidades del sector empresarial— pretendía devolvernos un Parque de la Ciudad reanimado con nueve restaurantes, dos piscinas, seis áreas deportivas, cuatro cafeterías y parrilladas, dos parques infantiles y otras atracciones como áreas para ponis y picnic. Cinco años después y una pandemia de por medio, ¿qué tenemos?

Turbina adentro las historias felices pueden contarse en una Casa de la Décima que augura salvar la tradición del verso improvisado, o desde la piscina en la que los pequeños sofocan el calor de estos meses de verano y que debe mirar más allá de la etapa estival. Y por más que las ganas y el esfuerzo por retomar la preferencia que alguna vez tuvo entre los avileños se mantengan intactos, algunos espacios siguen poniendo la nota discordante.

Cualquiera podría alegrarse de que este julio el parque de diversiones Mundo Mágico abriera sus puertas con casi todas sus atracciones en funcionamiento, pero, ¿de qué satisfacción podemos hablar si, a escasos metros, la opción para quien no puede costear tres minutos en los carritos locos, más que un área de juego infantil bien pudiera confundirse con un monumento al descuido? Eso por no volver a hablar en estas páginas del casi parque “fantasma” Capitán Plin, a cuyos aparatos el abandono y el tiempo parecen haberles ganado la pelea como si pudiéramos permitirnos perder un espacio que añoran padres e infantes en una ciudad con contadas oportunidades para el disfrute de los más pequeños.

Cerca de ahí, una cafetería que prácticamente nació inerte a falta de ofertas, y un golfito donde han rodado más expectativas que pelotas, al tiempo que seguimos tratando de encontrarle sitio a los más de 30 jóvenes que se reúnen a patinar en el parque Martí durante las tardes, porque la concebida pista de patinaje y skate aún es deuda del proyecto.

Un punto y aparte merece la Gastronomía, en un contexto donde nuevas formas de gestión buscan levantarla, y mientras algunos, como el complejo La Cueva, ganan en aceptación, otros exhiben mesas vacías sin que sea la falta de recursos la mejor de las excusas, más allá de que los precios, en la mayoría de los casos, no quepan en todos los bolsillos. Atrás quedó el ranchón Sabor Cubano, perteneciente a Cimex, cuya aceptación de antaño se reduce hoy a un montón de ruinas, y el bar-cafetería con opción para el alquiler de bicicletas acuáticas donde la malangueta, como en casi toda la laguna, gana cada vez más espacio.

Que el Parque de la Ciudad necesita reanimarse es una verdad que hace rato pasó de pretensión a imperativo, solo que ese “despertar” no puede depender del construir por construir, mientras la dejadez corroe lo que tenemos. Muchos de los problemas que en la actualidad lo deslucen se han acumulado por años, y buenas iniciativas y voluntad para revertirlos no faltan, mas habrá que afinar la puntería si de verdad queremos salvar ese oasis de esparcimiento soñado.

• Con o sin verano, así deberían ser todos los días en el Parque de la Ciudad

Inicio del verano 2022 en áreas del parque de la ciudad de Ciego de Ávila.

Posted by Iván Paz Nogueira on Saturday, July 2, 2022


Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar