Ojalá los lectores se llevaran las manos a la cabeza y no pudieran disimular el asombro cuando alguien cuente que un día, por azar, encontró en Facebook o en Telegram algún grupo donde se prometen "cubanas sexys" o que buscan pareja.
Es normal, dirían muchos, porque las redes sociales en Internet se han convertido en plataformas donde una publicación que roza los límites de la pornografía puede estar al alcance de un clic. Mientras la prostitución en las calles, en todo el mundo, permanece solapada en forma de tabú o dentro de los límites de la más controvertida legalidad, el "mercado de la carne" se cotiza en likes, y las miles de personas que se venden y compran contribuyen a que se normalice.
Pero siempre duele más cuando la "mercancía" pudiera ser una muchacha de tu edad y tu país. O cuando el "comprador" mira después al resto por encima del hombro. Las cubanas no son, ni de cerca, protagonistas de la práctica, pero aunque no pasen de unas pocas vale la pena pensar al respecto.
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El público de estos grupos y páginas se compone principalmente de mujeres de todas las edades y hombres, generalmente latinoamericanos, no muy jóvenes.
El rol de las primeras consiste en publicar fotos, a las que ellos replican con un piropo y un número de teléfono, o incluso, una "proposición de prosperidad". De vez en cuando, alguno anuncia en un post estar “buscando a su linda cubana para casarse”, como quien viene a comprar un cachorro.
Por supuesto, nada de esto incurre en un delito penalizado por la ley, pero pudiera ser un punto de partida. No sería el primer caso de alguna cubana a la que las promesas de bienestar económico en otro país la convierten en víctima de trata de personas, en un lugar donde no tiene ninguna red de apoyo.
Sucede así. Alguna muchacha recibe la “proposición de prosperidad de un extraño”, y una vez que pone los pies en el país extranjero, donde no tiene amigos, familia ni estatus legal, el matrimonio o la propuesta de trabajo degeneran en proxenetismo, y las posibilidades de escapar son escasas.
• Recientemente, un informe de la Fundación Scelles reveló cómo las redes sociales son empleadas para ejercer el proxenetismo.
El Informe de Cuba sobre prevención y enfrentamiento a la trata de personas y la protección a las víctimas, de 2019, contó 213 causas radicalizadas por proxenetismo y trata de personas entre 2017 y 2020, y más de 300 por corrupción de menores. Los casos de trata de personas (12) con fines sexuales involucraron a 10 mujeres, ocho niñas, un niño y seis hombres.
Asegura que “las autoridades policiales cubanas aprecian un incremento de los hechos de trata de personas cometidos por personas residentes en el exterior y cubanos asociados a estos. Como principal modalidad está la trata de personas con fines de explotación sexual de carácter transnacional (…)”. Los destinos suelen ser Turquía, China, Italia, Alemania, Vietnam, Portugal, Islas Caimán, Jamaica, Chipre y Mali, y las potenciales víctimas desconocen las condiciones de su supuesto trabajo o nueva vida.
Y aunque las abuelas de las muchachas estén en desacuerdo, el problema no está en que suban fotos con poca ropa, en que empinen las nalgas o pongan la boca “como si hubieran comido marañón”. Para eso son dueñas de su cuerpo.
El problema está en tantos años de enseñar a las niñas a ser sexys desde las edades más tiernas, tantos años de menospreciar y vender el placer sexual femenino, y de educar varones para creer al cuerpo de la mujer en función de su placer individual. Ahí las dueñas ya no parecen ser ellas.
Todo esto tiene sus frutos. En ese mundo al revés la prosperidad enmascara el sexo por dinero, estar "bien prosti" es un halago y no da pena andar buscando “un hombre que me mantenga” o “una mujer buena para la casa”. Ellas miden su belleza comparando los likes que consiguen, o con que decenas de desconocidos opinen sobre su cuerpo.
Es, aunque no extendido, “normal”. Tan normal que ellas pueden ser estudiantes universitarias, madres y trabajadoras. Tan normal que en las fotos de portada de los hombres que buscan muchachas jóvenes "dispuestas a todo" se puede ver, sonrientes y angelicales, a sus hijas pequeñas. Tan normal que preocupa. De vez en cuando hay que llevarse las manos a la cabeza.
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En su artículo 302, el Código Penal establece: Incurre en sanción de privación de libertad de cuatro a 10 años, el que: a) induzca a otro, o de cualquier modo coopere o promueva a que otro ejerza la prostitución o el comercio carnal. b) directamente o mediante terceros, posea, dirija, administre, haga funcionar o financie de manera total o parcial un local, establecimiento o vivienda, o parte de ellos, en el que se ejerza la prostitución o cualquier otra forma de comercio carnal. c) obtenga, de cualquier modo, beneficios del ejercicio de la prostitución por parte de otra persona, siempre que el hecho no constituya un delito de mayor gravedad. |
hace muchos años que existia una normativa en cultura que prohibia bailes con movimientos pelvicos en menores.
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