Baloncesto cubano pierde a joven estratega

Con apenas 40 años de edad, el inesperado fallecimiento de Yoannis Zaldívar Anderson consterna a seguidores del básquet, no solo en Ciego de Ávila, sino entre los talentos de diversas partes del país que se nutrieron de su sabiduría.

Una enfermedad inesperada lo llevó al quirófano para intentar eliminar el daño que aquejaba su vientre. Hubo intentos para que su salud se restableciera, pero el mal se acrecentó y dejó sin vida, este 16 de marzo, a Yoanis Zaldívar Anderson, entrenador avileño de baloncesto vinculado a la selección nacional en los últimos años.

Muy tensas fueron las últimas jornadas para familiares y amigos del novel técnico (nació el 26 de mayo de 1980), quienes ahora asumen el dolor por no tenerlo, más el compromiso de trabajar con la tenacidad que él demostraba, en el afán de que sus alumnos ganaran habilidades suficientes para integrar las principales selecciones avileñas y, claro está, aspiraran a los equipos nacionales.

De luto el deporte avileño

Posted by Sandra Gutiérrez Gómez on Tuesday, March 16, 2021

• Zaldívar condujo a Los Búfalos a la final de 2018, con una presea de plata muy meritoria

Un profesor tan avezado como Rogelio del Sol, quien mucho contribuyó a su formación, veía en él unas condiciones de estratega por encima de la media, logradas con el estudio permanente y muchas horas de entrega sobre el tabloncillo.

La herida se siente profunda entre sus Búfalos, elenco nueve veces campeón de Cuba, y con el que aportó uno de los últimos títulos, justo cuando hubo dificultades para conducir al prestigioso conjunto, lo cual fue un reto de envergadura coronado con el mejor de los desempeños.

A Jorge García Quintero, director más reciente del equipo avileño, le conmueve el hecho de perder a un compañero de labor en la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar Marina Samuel Noble y, a la vez, su entrenador en los últimos años en los que compitió.

“Era un apasionado del baloncesto, gran educador de decenas de atletas, reconocido miembro del colectivo de entrenadores. A él dedicaremos, cuando las condiciones para competir lo permitan, la décima corona de nuestro equipo.”

El profesor Quintero opina que “profesores como él han nacido pocos en el baloncesto nacional, pues ganó campeonatos en todas las categorías, o sea, escolares, juveniles y mayores”.

Si bien trasciende por sus funciones docentes, su excompañero y amigo Vanier Reyes Venegas se enorgullece de que ambos coincidieran como jugadores en elencos juveniles y de primera categoría.

“Se desempeñaba como pívot. No era de los más altos, pero en lo físico tenía mucha fortaleza, sobre todo, en las piernas. Saltaba mucho. Después fue mi entrenador, muy exigente, interesado en pulir los detalles en cada jugada y persistente en la eliminación de los errores de sus deportistas. Dedicaba más tiempo a entrenar que a su casa.”

La calificación de brillante emerge en las palabras de William Granda Lewis al recordarlo: “Se caracterizaba por la decisión en sus acciones. A pesar de su juventud, tenía amplios conocimientos porque llevaba el baloncesto en la sangre. Por supuesto, tenía muchas formas de hacernos llegar lo que él sabía al aportarnos estrategias para diferentes momentos de cada partido”.

Esa versatilidad lo condujo a la selección nacional, en la cual fue director técnico, y con posterioridad fungía como asistente del profesor José Ramírez, Pepe, en la selección masculina criolla.

Para quienes lo vimos en diversas facetas será difícil olvidar sus certeras valoraciones sobre el llamado deporte ráfaga, verlo disertar con la tablilla en la mano ante sus muchachos, o desde el público fungir como director oculto, dándole a Los Búfalos o a cualquier conjunto de esta provincia la indicación más certera: “¡Cuídate de este que es zurdo! ¡Pásale a fulano! ¡Corre ahora!”


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